Oviedo, J. B.

«Perdidos» ha sido la última revolución televisiva. Y lo ha sido para bien y para mal, para generar aplausos y críticas. La serie se despidió en todo el mundo de manera simultánea el lunes, a las seis de la mañana. Cuatro, canal que en España la emitió en abierto, retrasó media hora (6.30 horas), con el fin de subtitular en directo el doble capítulo. Y, cómo no, hay debate. Para algunos, el final de «Final», que así se tituló la despedida, fue un tanto decepcionante, para los reales frikis, como el diseñador Alejandro Lobo, no fue así: «Quien se sintió decepcionado es que esperaba algo distinto a la serie, y la serie es como es», argumentó. La otra gran bronca se montó porque un desfase entre la señal «enviada por la cadena ABC» provocó un salto «con los subtítulos» y el «nerviosismo y follón en los controles causó que hubiera un apagón de unos minutos» que se comió alguna escena y momentos sin rótulos y de desfase, precisan desde Cuatro. Incluso la presentadora asturiana Ana G. Siñeriz pidió disculpas. De todas formas, «valoramos positivamente la operación, teníamos los satélites oficiales de Disney y preferimos hacerlo así a utilizar algún sistema cutre para subtitular», explicaron a LA NUEVA ESPAÑA desde la cadena.

Entre las numerosas innovaciones para la emisión de las cadenas españolas (Cuatro y Fox) se pudo ver también con los sistemas más avanzados en los cines Yelmo de Madrid. El calificativo más extendido es de un final «frío». El capítulo de Damon Lindelof y J. J. Abrans no ha dejado indiferente a nadie. «Lost» entra en la historia de la televisión como ya lo hicieron en su día «Los Soprano» y «Twin Peaks».

Todo ha ocurrido según lo previsto en estos casos. Mucha tensión previa, gran emoción durante los primeros momentos de la emisión y debate y cierta decepción tras la conclusión. Es el destino de los pasajeros del vuelo Oceanic 815, los personajes de «Lost». Ese vuelo que nunca llegó a su destino; en cambio, su despedida llegó a 59 países a la vez. ¡Y eso hay que celebrarlo!