El sociólogo francés Alain Touraine, que hoy recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, dijo, en declaraciones a Efe, que ante la actual crisis económica es más importante que nunca escuchar a los intelectuales.

Agradecido por un premio que le da "confianza en el trabajo propio" y la seguridad de que "lo que uno hace es percibido y estudiado por otros", Touraine, que en agosto cumplirá 85 años, quiere seguir trabajando en la divulgación de su pensamiento.

"Un premio tan prestigioso es una ayuda muy fuerte en un periodo tan avanzado de mi vida", aseguró el sociólogo que en septiembre publicará un nuevo ensayo bajo el título "Después de la crisis".

Precisamente la forma en que la sociedad afronta estos momentos turbulentos ocupa los pensamientos del hombre que en 1958 fundó el "Laboratorio de Sociología Industrial", convertido en los años 70 en el "Centro de Estudios de los Movimientos sociales".

"Los sociólogos, los economistas, los historiadores debemos indicar dónde están los problemas para poder encontrar las soluciones. Pero para eso es preciso que nos escuchen", comentó el pensador, que reprocha a la clase política actual estar cerrada a las soluciones que demanda la sociedad.

"Si hablan un lenguaje antiguo no hay comunicación posible. Los culpables no son las ciencias sociales, sino la cerrazón de los políticos en un lenguaje y en un marco de pensamiento que tiene 50 años", señaló.

La verdadera revolución para Touraine pasa por apostar por la inversión en el conocimiento, un aspecto en el que "Europa tiene mucho retraso con Estados Unidos", lo que explica, a su juicio, que la incidencia de la crisis sea muy superior en el Viejo Continente.

Si a comienzos de la pasada década de los años 80, cuando François Mitterrand se convertía en el primer presidente socialista de Francia, Touraine proclamaba que "el socialismo ha muerto", el sociólogo mantiene su pesimismo sobre la evolución de la izquierda.

"La socialdemocracia está muriéndose como murió el comunismo hace 30 años. Hay esfuerzos para mantener los partidos, pero no percibo una visión profunda, intelectual de los problemas", aseguró.

Atento a la actualidad de su entorno, Touraine aseguró que España está siendo más golpeada por la crisis que otros países vecinos porque durante años no ha hecho el esfuerzo necesario en el progreso de su conocimiento.

El sociólogo considera que en este momento no es prioritario que España mire al pasado, pero calificó de "escandalosa y peligrosa" la persecución que, según él, vive el juez Baltasar Garzón por parte de "grupos de extremistas y nostálgicos del franquismo".

"Hay que defender a Garzón para no olvidar la época franquista", aseguró Touraine, que ha firmado varios manifiestos en favor del magistrado suspendido por su investigación sobre los crímenes del franquismo.

Casado con una chilena, Touraine está muy pendiente a lo que sucede en América Latina, "un continente en crecimiento" al que ve "mejor que Europa".

"América Latina está decidida a participar en la transformación del mundo actual", afirmó el pensador.

Reconoció que existen "puntos negros", como la influencia que tienen los grupos de narcotraficantes en México o el avance del "chavismo".

"Con el dinero del petróleo ha dado la sensación de que propone un modelo alternativo, pero no es cierto. La producción de petróleo ha disminuido, la capacidad de mejorar el nivel de vida ha desaparecido y hay un control militar y policial de la población que es muy negativo", indicó.

Frente a esa respuesta, Touraine se queda con el modelo brasileño, del que responsabiliza tanto al actual presidente, Luiz Inázio Lula da Silva, como a su predecesor, Fernando Henrique Cardoso, que crearon importantes instituciones educativas y reintegraron a grandes capas de la sociedad.

Reposado y reflexivo, Touraine mira con distancia la huelga general que vive hoy su país en protesta por el proyecto de retraso de la edad de jubilación.

"Es necesario trabajar más porque la gente ya no vive 70 años sino 80. Pero también es cierto que los beneficios del capital han crecido más que los del trabajo y que quienes se han enriquecido con ellos deben contribuir a los gastos sociales de la nación, en particular a las pensiones", reflexiona.

Mientras su teléfono no para de sonar, Touraine afirma con cierto rubor que todavía espera publicar "al menos un par de libros más". EFE