¿Cómo serán los medicamentos del futuro contra el dolor?
Ya está en fase muy avanzada el primer tratamiento biológico del dolor. La nueva farmacología está planteada para buscar dianas terapéuticas, es decir, moléculas dañinas, y contrarrestar su acción con el diseño mediante biotecnología de otra molécula capaz de bloquearlas. Se trata de «fabricar» moléculas específicas que quiten el dolor sin el más mínimo efecto adverso.
¿Cómo explicar la importancia de los descubrimientos de los tres nuevos premios «Príncipe de Asturias» de Investigación?
Baruch Minke descubre fórmulas de comunicación interna de estímulos de todo tipo mediante señales eléctricas. David Julius descubre qué receptores son los encargados de transmitir las sensaciones dolorosas, y Linda Watkins trabajó en algo importantísimo. Hasta ahora se creía que el dolor se transmitía exclusivamente por las neuronas. Ella demostró que hay unas células, las gliales, a las que siempre se les dio un papel protector, pero que al parecer juegan un papel mucho más importante en la transmisión del dolor. La teoría es que bloqueando la acción de las células gliales se podría evitar la tolerancia y la adicción a la morfina, por ejemplo.
¿Todos los animales sienten dolor?
Los vertebrados, sin duda. Se ve claramente en sus reacciones. En animales inferiores la respuesta ya no está tan clara porque la estructura de su sistema nervioso central es mucho menos compleja. Hay invertebrados que tienen receptores sensoriales como los TRP, estudiados precisamente por Baruch Minke en la mosca de la fruta.
¿Qué es una unidad del dolor?
Las hay en todos los grandes hospitales. Son unidades multidisciplinares en las que intervienen, entre otros, anestesiólogos, reumatólogos, neurólogos y psicólogos. Se trata de desarrollar técnicas intervencionistas para casos severos.
Se calcula que unos cinco millones de españoles viven en compañía de un dolor crónico, y la mayoría depende de calmantes para poder realizar una vida relativamente normal. Alrededor de un millón y medio de personas asegura vivir con dolor las 24 horas del día en España. Tres de cada diez pacientes en esta situación manifiestan alteraciones depresivas. Muchos llegan al sistema de salud, pero otros muchos aceptan sin más la situación. En España funciona la Sociedad Española del Dolor, fundada en 1990.
