Oviedo, María LASTRA Pablo ÁLVAREZ

Entre el 15 y el 25 por ciento. La cuantificación no es del todo precisa, pero el efecto ha pasado del terreno de la hipótesis a la cruda realidad: los laboratorios asturianos en los que se realiza investigación básica y aplicada disponen ahora de menos recursos que en los años anteriores. El vicerrector de Investigación de la Universidad de Oviedo cifró ayer en aproximadamente un 25 por ciento el recorte sufrido por los planes nacionales; en algunos proyectos concretos, las restricciones son aún mayores.

Todo apunta a que la crisis se está cebando particularmente con los grupos de investigadores menos consolidados y con los que están iniciándose en el trabajo científico. Desde México, la ministra de Ciencia e Innovación intentó ayer tranquilizar a los investigadores con el argumento de que los «remanentes» presupuestarios de años anteriores permitirán un incremento de los recursos. Sin embargo, el escepticismo de la comunidad científica parece que va en aumento. Según publicaba ayer el diario «El País», los proyectos de investigación del plan nacional reciben este año una financiación de 380 millones frente a los 430 de 2009, una reducción ronda el 15 por ciento de media y que puede obligar a cancelar programas de los grupos más modestos.

«Hasta el año 2015 el panorama va a ser de poca recuperación, de mantenimiento; al menos, en los próximos dos o tres años no habrá un despunte», declaró a LA NUEVA ESPAÑA Santiago García Granda, vicerrector de Investigación de la Universidad de Oviedo, quien sitúa en el entorno del 25 por ciento la caída de los recursos derivados de los planes nacionales. Sin embargo, «la financiación de los planes europeos está bien, incluso subiendo», matiza, una puntualización que no consuela demasiado si se considera el contexto global de la institución académica, cuyos investigadores tienen en marcha 15 proyectos europeos, con un importe total de 960.552 euros, y 215 nacionales, por un montante global de 8.006.909 euros.

«Los grupos a los que más afecta son los menos consolidados, o los que presentan un proyecto por primera vez; también al área Humanidades, y en las ingenierías, a aquellos que tienen muchos contratos con empresas. En ellos, a veces se produce una falta de ánimo». En el polo opuesto, «los grandes grupos de química, biología o bioquímica son los que menos se resienten», indicó el vicerrector.

Corroborando esta última apreciación, Carlos Suárez, director del Instituto Universitario de Oncología del Principado (IUOPA), explicó que los grupos integrados en este organismo no han percibido los efectos de la crisis. «No ha repercutido en nosotros, porque tenemos proyectos plurianuales, pero quizá estén empeorando las expectactivas de conseguir contratos, becas o proyectos, porque hay más competencia y menos fondos», precisó Carlos Suárez.

José Coca, catedrático de Ingeniería Química, considera «lógico» que se apliquen recortes presupuestarios en materia de innovación «si es que España está en una profunda crisis, que afecta a todo lo que es dinero público». Sin embargo, esta actitud condescendiente le conduce a una reflexión mucho menos contemporizadora acerca de la inversión destinada a investigación en los últimos años: «Una gran parte de ese dinero no ha tenido ninguna trascendencia en el desarrollo industrial de este país, y también es importante la forma de adjudicar los proyectos de investigación, que creo que se han ofrecido en muchos casos a personas cercanas al poder político».

A juicio de Coca, «tiene que haber más competencia en investigación, y la adjudicación tiene que ser más selectiva». El catedrático de Ingeniería Química sostiene que en la Universidad de Oviedo «lo importante no sólo es que se haga mucha o poca investigación, sino también que pueda hacerse una actividad docente de calidad con poca financiación».

Precisa José Coca que en la institución académica «estamos ya haciendo algunas cosas para intentar conseguir dinero de las industrias haciendo cosas que les interesan, que es lo que debe hacerse a nivel estatal». El futuro, a juicio del químico, «no puede ser bueno», ya que «no hay indicadores de una actividad productiva importante en el país». Como consecuencia, «hay investigadores valiosos que deberán emigrar», presagia.

Sergio Llana Fúnez, investigador de la Universidad de Oviedo en el marco del programa Ramón y Cajal, está probando las hieles de la crisis. Su proyecto, «La transición frágil-dúctil en la corteza continental en el Noroeste de Iberia», sufrirá un recorte de recursos del 28 por ciento. Se trata de una investigación en la que intervienen once científicos de cuatro universidades y diversas disciplinas. Llana, investigador principal en el mencionado proyecto, ha echado números referidos al Programa Nacional de Investigación Fundamental no Orientada del plan nacional 2008-2011. Y ha concluido con que en el área de Ciencias de la Tierra «sufre un recorte del 27,5 por ciento», ya que «en los proyectos aprobados se solicitaban 10.595.144 euros y se han concedido 7.682.000».

Carlos López Larrea, inmunólogo del Hospital Central de Asturias y profesor de la Universidad de Oviedo, señala que la escasez de fondos «ya se notó mucho el año pasado, sobre todo en recursos humanos, becas, etcétera». Según Larrea, «la sensación general es que el sector científico-tecnológico es muy susceptible a los vaivenes políticos, y que todos los esfuerzos de sostenibilidad, financiación o captación de gente de fuera de España parece que pueden hacer que se resienta este campo».

El inmunólogo plantea una recomendación: «No hay que dejar de financiar grupos emergentes y que pueden tener un buen futuro. Es un sector que hay que mimar, hay que exigirle resultados, pero éstos no son de forma inmediata». Y como consideración de fondo defiende que «los presupuestos del Estado en I+D+i deberían ser una cuestión prioritaria y no resentirse en absoluto».

Alfonso López-Muñiz, subdirector del departamento de Morfología y Biología Celular de la Universidad de Oviedo, constata «una disminución de los recursos en todos los conceptos». Y va más allá: «Se ha aprobado la carrera investigadora, pero no hay dinero para desarrollarla. Se ha hecho habitual aprobar normativas sin acompañamiento financiero. Se presentó la ley de ciencia, pero va a quedarse en nada. Existe un marco legal inestable, con cambios continuos».

«En muchos casos los proyectos se han ofrecido a personas cercanas al poder político»

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Catedrático de Ing. Química

México, Efe

La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, afirmó ayer que pese a los recortes derivados de la recesión económica la inversión en I+D+i se incrementará en 2010 en España por los «remanentes» de los organismos de investigación pública.

En una rueda de prensa ofrecida en la capital de México Garmendia explicó que estos «remanentes» proceden del «presupuesto expansivo de los últimos años» y de la «competitividad de las instituciones españolas a la hora de captar recursos internacionales». «Si bien ha habido un recorte en las transferencias del Ministerio a sus organismos de investigación (...), el sistema no ha sufrido ningún recorte gracias a los remanentes, y veremos a finales de 2010 cómo por sexto año consecutivo volvió a incrementarse la inversión en I+D+i», subrayó la ministra de Ciencia.

«La sensación general es que el sector es muy susceptible a los vaivenes políticos»

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Inmunólogo

«El área de Ciencias de la Tierra sufre un recorte del 27,5 por ciento»

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Geólogo