Oviedo, M. S. M.

Las pinturas y los grabados que el hombre prehistórico dejó sobre muros y huesos ofrecen, además de información sobre la fauna del momento, un recorrido por las costumbres sexuales. Aunque en lo que va de siglo estas ilustraciones no han sido demasiado comentadas por los antropólogos, hay indicios de que el sexo homosexual era una práctica habitual en el Paleolítico.

Para ilustrar esta tesis, la Fundación Atapuerca y la localidad de Santillana del Mar preparan una exposición que bajo el título «Sexo en piedra» mostrará muchos de los usos eróticos de los grupos primitivos, desde sexo con animales, consoladores, sexo oral... Una especie de diccionario sexual en el que tienen un papel relevante las relaciones homosexuales.

Con la exposición, los paleontólogos de Atapuerca han querido romper con los tabúes sexuales a los que han estado sometidos los historiadores desde el siglo XIX y mostrar que las relaciones sexuales de los hombres prehistóricos no estaban orientadas únicamente a la reproducción.

Marcos García Díez y Javier Angulo han sido los encargados de reunir y documentar los materiales que les permiten adentrarse en los deseos carnales de la época. Marcos García, coordinador de las cuevas prehistóricas de Cantabria, cree que los estudios realizados hasta ahora pueden tildarse de homófobos porque ninguno hace referencia a la homosexualidad y muy pocos se atreven con el resto de las prácticas sexuales. «Pero los primeros Homo sapiens que llegaron a Europa eran anatómica y cerebralmente iguales a nosotros, les gustaba lo mismo», añade.

También a Eudald Carbonell, codirector de las excavaciones de la sierra de Atapuerca, le sorprende el silencio en torno a la homosexualidad, una práctica que ha dejado numerosos rastros en distintos yacimientos europeos. En la exposición, que se inaugura en septiembre en la Fundación Atapuerca y que en 2011 llegará a la neocueva de Altamira en Santillana del Mar, se podrán encontrar diferentes piezas prehistóricas -grabados, pinturas y dibujos realizados en piedra y huesos- que ofrecen amplia información sobre las distintas costumbres sexuales. Así, en una de las placas, que fue tallada hace más de 12.000 años, se puede ver a dos mujeres rozando sus senos en actitud cariñosa, mientras que otra hallada en la cueva francesa de La Marche recoge un coito anal entre dos hombres.

Los dos comisarios de la exposición creen que la homosexualidad en el Paleolítico no se analizó hasta ahora por cuestiones de mentalidad, pero no dudan de su presencia en la vida social, máxime cuando en ese momento no se relacionaba el sexo con el pecado.