Oviedo, E. G.

José Luis Iglesias Riopedre llegó solo y con diez minutos de antelación al acto oficial de recambio en las responsabilidades educativas. Le esperaba casi todo el Gobierno regional para darle la bienvenida.

Un par de minutos con LA NUEVA ESPAÑA, en las escaleras de acceso a la sede de la Presidencia, para contar que «me he levantado hoy liberado». Casi se diría que feliz a pesar del semblante siempre comedido del ex consejero a quien el presidente Areces mantenía a su lado en la gestión pública desde 1984 cuando lo nombró responsable de Programas Educativos en la Dirección Provincial de Educación en Asturias, que el propio Vicente Álvarez Areces presidía «en medio de los enormes déficits de la educación asturiana en aquel momento».

La situación administrativa de José Luis Iglesias Riopedre es cuando menos curiosa. Tiene la baja laboral por problemas serios de salud. «Mi médica fue inflexible. Me dijo: yo le doy la baja, y si sigue trabajando, allá usted». El parte médico lo deja claro: «prohibición absoluta de cualquier trabajo que produzca estrés». Y a Riopedre no le iba a faltar el estrés en el curso escolar que se avecina.

Era el empujón que necesitaba el consejero, tras 16 años de casi ininterrumpida gestión pública. Riopedre deja la actividad política y se reincorpora a la plantilla de Enseñanzas Medias, concretamente como catedrático de Filosofía en el que fue su último destino, el IES Leopoldo Alas Clarín, en Oviedo. Por supuesto, se mantiene su baja laboral.

Será, de facto, profesor hasta el próximo día 31 de agosto, fecha en que se jubilará de la profesión docente.

«A Galicia me voy cuando finalice el acto», dijo, para iniciar unas vacaciones que solo serán interrumpidas «cuando mi mujer tenga que regresar para incorporarse al trabajo».

Iglesias Riopedre, aseguró Areces, «es un hombre con la convicción profunda de que la educación sigue siendo la mejor herramienta» para cambiar la sociedad.