Muchas han sido a lo largo de la historia de los videojuegos las voces que se han alzado para pedir la prohibición de juegos. Pocos título han llegado a ser criticados incluso por los más altos mandatarios de un gobierno.

El nuevo 'Medal of Honor' de Electronic Arts ha levantado ampollas en el Ejecutivo británico debido a la decisión de Dice de ofrecer la posibilidad de encarnar a soldados talibanes en el modo multijugador.

El secretario de Defensa de Reino Unido, Liam Fox, ha criticado duramente a este 'shooter' de disparos en primera persona (First Person Shooter, FPS).

Fox se ha proclamado "disgustado y enfadado" por esta opción y ha declarado que le resulta "difícil de creer que algún ciudadano" "quisiera comprar un juego "claramente antibritánico". En declaraciones a Press Association ha añadido: "Es chocante que alguien pudiera pensar que es aceptable recrear los actos de los talibán".

Electronic Arts, por su parte, defiende la propuesta del juego en aras del realismo. "El formato del nuevo 'Medal of Honor' únicamente refleja el hecho de que cada conflicto tiene dos lados", indicó un portavoz de la compañía a The Sunday Times.

En este sentido, ha defendido que hay que dar la "oportunidad de jugar ambos lados". "La mayoría de nosotros hacemos esto desde que tenemos siete años: algunos juegan como policías y otros deben ser los ladrones". "En el multijugador de 'Medal of Honor, algunos deben ser los talibanes".

Uno de los casos a los que más recuerda el caso de 'Medal of Honor' es lo que ocurrió el pasado año con la última entrega de su saga rival 'Call of Duty: Modern Warfare 2', que fue prohibido en Rusia. Este juego incluía un nivel en el que en el papel de unos terroristas rusos, el jugador debía acribillar a cientos de civiles en un aeropuerto.