Herminio Sastre Andrés. Consejero de Educación y Ciencia

Oviedo,

-¿Se siente consejero interino?

-En absoluto. Aquí se va a trabajar sin pensar que el año que viene van a celebrarse unas elecciones. Asumo que el cargo es una responsabilidad para diez meses, pero emplearé el mismo rigor y la misma energía que si el plazo fuera más largo.

-¿Se siente legitimado para tomar decisiones a medio y largo plazo?

-Con toda la legitimidad del mundo. Aquí no se trata de hipotecar a los que me sucedan y, por supuesto, no voy a poner como excusa algo así para evitar decidir cosas y plantear soluciones.

Herminio Sastre Andrés (León, 1952) es desde hace apenas unas semanas nuevo consejero de Educación y Ciencia. Lo fue antes de Medio Ambiente y también es responsable del área de Ciencia y Tecnología del Gobierno asturiano. Hombre de equipo y hombre de continuidad.

-Algo se planteará cambiar...

-Todo en la vida es mejorable, pero es verdad que yo mantengo el equipo de mi antecesor, José Luis Iglesias Riopedre, y que los números de la educación en Asturias son buenos. Tenemos, por ejemplo, una tasa de abandono escolar del 15%, que es la tasa que España se compromete a tener en la Estrategia 2020 de la Unión Europea. La educación es algo muy importante como para andar dando bandazos y plantear cambios radicales.

-¿Se ha reunido ya con directores y sindicatos?

-Todavía no. Hay mucha gente de vacaciones. Pero escucharé a todos. Van a encontrarse con un consejero muy receptivo, pero en una época de restricciones presupuestarias. Habrá que tirar de sentido común, innovador y austero. Tenemos que ser ambiciosos para fortalecer lo esencial del sistema educativo.

-Unos y otros le van a pedir que Educación gane independencia en relación con la Consejería de Administraciones Públicas.

-La gestión integrada de recursos humanos es un principio asumido por este Gobierno y la forma óptima de utilizar esos recursos.

-O sea, que nada de nada.

-No es eso. En algunas cuestiones tenemos que analizar la eficiencia. Me refiero a todo lo que tenga que ver estrictamente con la educación. Si a lo largo de este último año y pico ha habido disfunciones, seremos capaces de resolverlas. Coincido con la política del Gobierno, pero nada es inamovible.

-El profesorado tiene sus peculiaridades, que el sector reivindica con poco éxito.

-Todos los colectivos la tienen. Si esa gestión integrada de recursos humanos hiciera que los centros educativos no funcionaran, pues habría que buscar soluciones. Pero eso no es así.

-Tiene por delante, ahí a la vuelta de la esquina, la evaluación al profesorado. ¿Le preocupa?

-Será un número estimable de docentes quienes van a someterse a esa evaluación, calculo que entre ocho mil y nueve mil, el proceso se iniciará en octubre y en él tendrán gran protagonismo los directores de centros.

-¿Se siente el Consejero en manos de los directores?

-Todos dependemos de todos, también los directores de la Consejería. Estoy convencido de que hay muchos centros que funcionan excelentemente y a cuyos responsables hay que dar autonomía. Hablaré con todos porque sé que haciéndolo limito las posibilidades de equivocarme.

-Tenemos en Asturias buenos docentes, y por lo general muy cabreados y poco autovalorados.

-Desde un punto de vista social hay que hacer una valoración muy positiva del sistema, tenemos que estar orgullosos. Y hay que valorar la calidad de nuestros docentes, pero una cosa son las demandas, muy legítimas por supuesto, y otra cosa es el funcionamiento de la enseñanza en Asturias. El abuelo que lleva a su nieto al colegio lee cosas y se debe extrañar que en ese colegio se funcione tan bien.

-Buenos profesores, pero no excesivamente pagados.

-Asturias paga a los profesores lo que nuestros presupuestos nos permiten. En todo caso, con el plus que conlleva la Evaluación Docente la mayor parte de ellos alcanzará la media española. Estamos hablando de una cantidad entre 2.600 y 2.200 euros anuales.