Oviedo, E. G.

¿Dónde abandonan los alumnos españoles? Tomando el 100 por cien de los que lo dejan desde primer curso de la ESO al Bachillerato y Formación Profesional, incluyendo los programas de garantía social (PGS), sólo un 13 por ciento de los alumnos fracasan en el primer ciclo de la ESO (1.º y 2.º cursos); un 28 por ciento lo hace en el segundo ciclo de ESO (3.º y 4.º cursos), y un 44 por ciento abandona en el Bachillerato. Los que lo dejan en un ciclo formativo de grado medio son casi el 13 por ciento. El abandono en los PGS es poco significativo. En España un 15 por ciento de los abandonos se produce antes de la edad legal. «La proporción de chicos que abandonan sin graduarse en ESO antes de alcanzar la edad legal (16 años) es cinco puntos mayor que la de las chicas», dice el informe. Ellas perseveran más. Llama la atención el hecho de que los abandonos anteriores a los 16 años alcanzan a un 18 por ciento del alumnado en la privada concertada, y sólo a un 14 por ciento en la pública. En términos absolutos el abandono escolar en la pública es más elevado que en la concertada, pero esos abandonos llegan más tarde. El dato queda abierto a reflexiones, y una de ellas es que la concertada tiende a no mostrar interés por atender a determinado perfil de alumnos.

«Fue... ¿yo qué sé? No te entraban ganas. Te salían preguntas: ¿para qué voy a estar sentado allí si no voy a hacer nada? ¿Para qué voy a estar si no voy a coger ninguna carrera?»

«El paso al instituto. Ahí es donde te sueles perder. O eres estudioso desde el primer momento y se te da bien el tema o un chico como yo difícilmente va a seguir estudiando»

«Quería ponerme a trabajar, ganar mi dinero para poder salir de fiesta y comprarme mis caprichos»

«Yo iba a clase porque quería, pero había gente que se sentaba y ¡a reventar la clase! Muchas veces no te dejaban aprender»

«Desde el primer día de curso el profesor ya nos colocaba: tú has aprobado el otro curso, pues delante, y los demás, detrás; a los de delante les daba ejercicios, y a los de atrás, a copiar el libro»

«Los profesores eran unos bordes, sólo hacían caso a los que estudiaban»

«En ese momento yo no pensaba en mi futuro. Pensaba en el día a día... ¡y fuera!»