Oviedo, M. S. MARQUÉS

Rossen Milanov, uno de los directores más reconocidos de la escena musical internacional, dirige a la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) en el primer concierto de temporada que se celebra, hoy, en el teatro Jovellanos de Gijón, a las ocho de la tarde, y mañana, a la misma hora, en el auditorio de Oviedo.

Director asociado de la Orquesta de Filadelfia, esta temporada debuta como director musical de la Sinfónica de Princeton y es director musical de la Sinfónica de Sofía (Bulgaria), su ciudad natal, actividades que compagina con diferentes responsabilidades musicales, entre las que figura la dirección de ópera.

El de hoy en Gijón será su primer concierto en Asturias y en España, para lo que ha elegido un programa poco habitual que incluye la sinfonía número 4 de Prokofiev y el concierto para violín de Chaikovski, en el que contará con la presencia de la prestigiosa violinista Akiko Suwanai, una vieja conocida del público asturiano, al que deleitó en anteriores conciertos. Suwanai toca un violín Stradivarius de 1714 llamado «Delfín», préstamo de la Fundación de Música Nipona.

Rossen Milanov, uno de los candidatos a ocupar el puesto de director titular de la OSPA, eligió un programa que busca ofrecer «algo nuevo y sorprendente». Su procedencia eslava le ha decantado por piezas poco frecuentes de Chaikovski y Prokofiev. Tras su primer ensayo con la OSPA se mostró sorprendido por el dominio de los músicos, muchos de los cuales son de origen ruso, lo que según el maestro implica que «conocen a la per-fección esas obras y saben lo que llevan dentro».

A pesar de su apretada agenda musical, Rossen Milanov explicó ayer que su contrato con la Filarmónica finaliza en septiembre de 2011 y que la dirección en las otras dos orquestas no es a tiempo completo. «Me queda mucho tiempo libre para viajar por el mundo y no sería complicado acompasar mi dedicación a la OSPA». El director búlgaro subrayó la importancia de la presencia física del titular de la formación con los músicos para que la orquesta funcione.

También subrayó la profesionalidad de la Sinfónica de Asturias. «Del primer contacto con la orquesta he obtenido un balance muy positivo. Es un conjunto muy profesional con gente que quiere trabajar y está implicada con lo que hace y con la sociedad». Esa implicación es precisamente una de las cualidades que Milanov ve imprescindible seguir potenciando. «Es de vital importancia que las personas amen y necesiten la música clásica porque si no de aquí a veinte años nos quedaremos sin público», dijo.