La presidenta de Manos Unidas, Myriam García Abrisqueta, llegó ayer a Oviedo decidida a aprovechar la oportunidad que le brinda el premio de la Concordia para difundir su labor y recabar apoyos. «Esto es un altavoz», admitía ayer. Manos Unidas está presente en sesenta países y ha sacado adelante 25.000 proyectos. Por la tarde, en el Colegio de Médicos de Oviedo, participó en un coloquio con dos cooperantes de Manos Unidas, José María Caballero, misionero en África, y Carlos Vicente, en América.

«Manos Unidas cree en la fuerza de lo pequeño, en el compromiso diario y en una economía austera que cuida el planeta»

«No podemos dormir tranquilos mientras la gente muere de hambre, habiendo comida para alimentar dos veces a la humanidad»

«La pobreza tiene rostro femenino y creemos en la capacidad de las mujeres para crear desarrollo»