La capital del Principado de Asturias ha celebrado este viernes la trigésima ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias, en la que el técnico Luis Aragonés se ha sumado, invitado por el seleccionador Vicente del Bosque, a la foto de familia del galardón de los Deportes, otorgado a la actual campeona del mundo, la selección española de fútbol.

Bajo un tenue sol, los 1.200 invitados a la ceremonia han comenzado a ocupar los asientos del Teatro dos horas antes del inicio del acto. Pasadas las 18.00 han llegado al Campoamor autoridades locales, como el alcalde de Oviedo; autonómicas, como el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, y la presidenta de la Junta, María Jesús Álvarez; y nacionales, como las ministras de Cultura, Sanidad y Ciencia e Innovación y la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas. Junto a ellos, han acudido personalidades como el diseñador Modesto Lomba y un habitual a la cita, el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla.

Los representantes de The Transplantation Society y de la Organización Nacional de Trasplantes, Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, han encabezado la llegada de los galardonados, que han cerrado entre vítores los diez representantes de la selección española de fútbol, acompañados por el técnico internacional, Vicente del Bosque.

Tras el tradicional saludo de la reina doña Sofía, y después de que don Felipe y doña Letizia ocupasen su lugar en la mesa presidencial, el acto de entrega ha comenzado alrededor de las 18.35 horas amenizado por el Himno de España, interpretado por un grupo de gaiteros de la banda 'Ciudad de Oviedo'.

A continuación, han pronunciado los discursos el presidente de la Institución, Matías Rodríguez Inciarte, y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, el libanés Amin Maalouf. Inciarte ha hecho un alegato en favor de la cultura en un mundo, ha dicho, "asediado por incertidumbres y dificultades económicas", mientras que Maalouf ha alertado del "retroceso ético" que padecerá la sociedad durante el presente siglo XXI.

Tras la intervención de ambos, los ganadores de Cooperación Internacional, Artes, Investigación Científica y Técnica, Letras, Concordia, Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades y Deportes han recogido el diploma y la insignia acreditativos de manos del Príncipe de Asturias. Cada uno de los ocho galardones está dotado además con 50.000 euros y una escultura creada expresamente por Joan Miró para estos galardones.

Tercero en intervenir, y pionero en su categoría, el entrenador de la selección española de fútbol, Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, Vicente del Bosque, ha ensalzado al grupo al que dirige, "que han hecho de la modestia un arma tan poderosa como su mismo y arrebatador juego".

El sociólogo Zygmunt Bauman, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010, se ha referido a Miguel de Cervantes Saavedra como "el autor de la novela más grande jamás escrita, pero también, a través de esa novela, padre fundador de las humanidades". Por su parte, su colega Alain Touraine ha vinculado el futuro a "nuestra capacidad de combinar la defensa de la pluralidad de las culturas con el universalismo de los derechos fundamentales políticos sociales y culturales".

En uno sus discursos más destacados del año, don Felipe se ha mostrado partidario de "fortalecer" las instituciones españolas porque a través de ellas "se pueden y deben articular las soluciones que esperan los ciudadanos". "El objetivo es generar "otra vez" la ilusión y la confianza en proyectos que integren y cohesionen cada día más a los españoles", ha dicho.

Último en intervenir, el Príncipe de Asturias ha recordado los "intensos días" que cientos de millones de personas vivieron este verano con la selección española de fútbol, de la que destacó su "voluntad y tesón", una deportividad "máxima" y una lección de "humildad".

Acompañado por doña Letizia y arropado por el calor de una Asturias volcada en sus premios más internacionales, el inspirador de los galardones ha clausurado el acto y convocado la edición de 2011 de los Premios Príncipe de Asturias, que han superado ya tres décadas de historia.

LAS INTERVENCIONES

El Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón, se ha mostrado partidario de "fortalecer" las instituciones del país porque a través de ellas "se pueden y deben articular las soluciones que esperan los ciudadanos". El objetivo es generar "otra vez" la ilusión y la confianza en proyectos que "integren" y "cohesionen" cada día más a los españoles.

Don Felipe ha hecho estas consideraciones en su discurso en la solemne ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias, en el Teatro Campoamor de Oviedo.

"Pero también debemos buscar la moderación donde haya habido excesos; ética donde haya habido abusos. Y actuar así con realismo, coraje y rigor a partir de la integridad, el esfuerzo y la cultura del trabajo bien hecho", ha manifestado.

Para el Príncipe de Asturias los tiempos de crisis obligan a "redefinir" proyectos y modos de vida. "Demos un mayor vigor e impulso a nuestra vida pública", ha pedido, a la vez que ha insistido en la importancia de "renovar comportamientos y cambiar actitudes".

Don Felipe ha explicado que España se ha demostrado a sí misma en muchas ocasiones a lo largo de la Historia que sabe superar los momentos "más críticos". El momento actual exige que se vuelva a hacer, afrontando las causas y las consecuencias de un proceso que está afectando gravemente a su economía y bienestar. España ha de hacerlo, además, confiando en su "talento" y en su "fortaleza".

Ese es el camino, según el Príncipe de Asturias, para construir una economía "más competitiva" y "eficiente" que no rehúya el riesgo de "emprender" e "innovar", que sea ágil para adaptarse a los cambios y "que sea capaz de generar empleo". Ha apostado por una sociedad "solidaria" e "inclusiva", en la que "tantas personas sin trabajo sepan que su situación es tan sólo transitoria, nunca una desesperanza sin final".

Don Felipe ha apelado a generaciones pasadas "porque esas generaciones nos enseñaron a los más jóvenes cómo lograron hacerlo". "Estoy convencido de que nosotros, que creemos en la gran realidad d España, podemos volver a conseguirlo. No tengáis ninguna duda. Yo no la tengo", ha sentenciado.

El Príncipe de Asturias ha dedicado buena parte de su discurso a elogiar, uno a uno, a los distintos premiados en esta trigésimo edición de los Premios Príncipe de Asturias: Richard Serra (Artes), Selección española de fútbol (Deporte), Manos Unidas (Concordia), Amin Maalouf (Letras), David Julius, Baruch Minke y Linda Watkins (Investigación Científica y Técnica), Equipo arqueológico de los Guerreros Xi'an (Ciencias Sociales), Alain Touraine y Zygmunt Bauman (Comunicación y Humanidades) y The Transplantation Society y la Organización Nacional de Trasplantes (Cooperación Internacional).

Pero además, Don Felipe ha querido elogiar a la Fundación que lleva su nombre, señalando que desde el primer momento se ha defendido la "generosidad", la "concordia" y la "tolerancia". Y también se ha referido al "relevo importante" en la Fundación que se ha producido, con la nueva directora, Teresa Sanjurjo, que ha sucedido en el cargo a Graciano García.

Sobre Teresa Sanjurjo ha dicho que en poco tiempo ha demostrado ya su "identificación plena" con los valores de la Fundación. "Su rigor, profesionalidad y eficacia, merecen toda nuestra confianza para una labor tan importante en nuestra querida Fundación", ha manifestado.

En cuanto a Graciano García ha señalado que ha desempeñado la función de director con "extraordinaria entrega, pasión y acierto, desde aquellos primeros pasos audaces, cargados de ilusión y convicción, hasta nuestra actual madurez y prestigio".

Refiriéndose a la Selección Española, Don Felipe de Borbón, ha dicho que ha puesto de manifiesto, en el último Mundial en el que se proclamó campeona, unos valores como "voluntad y tesón", "máxima deportividad" y "humildad" que ha supuesto "una lección" para los cientos de millones de personas que siguieron en todo el mundo "aquellos días intensos".

El Príncipe ha señalado que la selección logró el título de Campeona del Mundo "limpiamente" y tras haber superando momentos muy difíciles, dando un gran ejemplo "deportivo y humano".

La "ejemplaridad" de la selección española de fútbol, ha proseguido, no sólo ha enseñado lo que se consigue con la noble lucha deportiva, manteniendo la voluntad y el esfuerzo asta el último minuto del último partido, sino que también ha recordado "cómo, con unión y compañerismo, con nobleza y confianza, se superan las caídas y las pruebas de la vida diaria".

"Sin perder nunca la esperanza ni la templanza cuando hay que luchar cotidianamente, cada uno en la tarea que nos corresponde", ha explicado.

Tras calificar a la selección como un "grupo excepcional", ha dicho que el entrenador, Vicente del Bosque, ha aportado "sosiego", "discreción" y "humildad", además de "una decisiva contribución técnica".

"Y un conjunto de jugadores, en los que la calidad futbolística rivaliza a la máxima altura con la humana", ha añadido. Don Felipe se ha dirigido a los futbolistas presentes y ha dicho: "Pertenecéis a una formidable generación de deportistas españoles en tantas disciplinas y modalidades que nos ha convertido en una potencia mundial del deporte. Sois la España joven, ambiciosa y capaz, sin complejos ni renuncias; una demostración de que la juventud española actual está preparada para aspirar a las máximas metas".

Del Bosque: "La Selección tiene todas las virtudes que un entrenador ha deseado siempre"

El entrenador de la selección española de fútbol, Vicente del Bosque, ha señalado hoy que el grupo al que dirige tiene "todas las virtudes que un entrenador ha deseado siempre". Ha atribuido la victoria en el Mundial de Sudáfrica a la "humildad" de ese grupo de futbolista "que han hecho de la modestia un arma tan poderosa como su mismo y arrebatador juego".

Del Bosque ha hecho estas manifestaciones en su discurso durante el acto solemne de entrega de los Premios Príncipe de Asturias. La selección española ha sido galardonada con el Premio de los Deportes, tras su reciente triunfo en el Mundial de Sudáfrica.

Del Bosque ha explicado que la selección española es depositaria de unos "valores" que van "más allá de los éxitos puntuales y de su materialidad". Esos valores, tienen un carácter "imperecedero" y un perfil "determinante". Así, se ha referido al "esfuerzo", el "sacrificio", el "talento", la "disciplina", la "solidaridad" y la "modestia", además de la "deportividad" y el "honor". Defendiéndolos alcanzaron la victoria final. "De otro modo no habría sido posible", ha comentado Del Bosque.

Así, considera que el éxito de España en Sudáfrica ha sido el premio a todo ello, pero también el resultado del convencimiento de los jugadores en que lo que hacían "era lo mejor" y a la fe en su "propuesta futbolística".

En su discurso, Del Bosque se ha reconocido como un "beneficiario" de un estatus, con unos "privilegios" y "responsabilidades", dado que hoy el fútbol forma parte de lo cotidiano de la vida. "Abanderamos y articulamos un fenómeno universal de cuya trascendencia no cabe duda y que nos anima a tratar de ser mejores cada día", ha dicho.

ARAGONÉS

Del Bosque pronunció su discurso después de recibir de manos del Príncipe Felipe el diploma acredicativo del premio. Tocaba entonces hacerse la foto de rigor, junto a los futbolistas. Pero el seleccionador no lo dudó y rompió el protocolo para irse a buscar a su predecesor en el cargo, Luis Aragonés, para que les acompañase en medio de una gran ovación de los asistentes.

También se unió el presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar. Finalmente todos se hicieron la fotografía juntos, con un Aragonés visiblemente emocionado. Del Bosque ya le había dedicado palabras elogiosas en la rueda de prensa oficial de estos Premios Príncipe de Asturias.

Bauman: "La única cosa que nos queda frente a esa ineludible derrota que se llama vida es intentar comprenderla"

El sociólogo Zygmunt Bauman, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010, se ha referido este viernes a Miguel de Cervantes Saavedra como "el autor de la novela más grande jamás escrita, pero también, a través de esa novela, padre fundador de las humanidades". "Estamos aquí gracias a Cervantes". Bauman ha pronunciado estas palabras en su discurso, durante la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias 2010, en el teatro Campoamor.

Según declaró el sociólogo polaco, "Cervantes fue el primero en conseguir lo que todos los que trabajamos en las humanidades intentamos con desigual acierto y dentro de nuestras limitadas posibilidades". Además, Bauman aludió al novelista Milan Kundera, que ya había dicho de Cervantes que "envió a Don Quijote a hacer pedazos los velos hechos con remiendos de mitos, máscaras, estereotipos, prejuicios e interpretaciones previas".

Con esta premisa, Zygmunt Bauman ha asegurado que "estamos destinados a luchar en vano mientras el velo no se alce o se desgarre". "Don Quijote no fue conquistador, fue conquistado", ha añadido.

"Pero en su derrota y tal como nos enseñó", Cervantes demostró, según Bauman, que "la única cosa que nos queda frente a esa ineludible derrota que se llama vida es intentar comprenderla". Para el sociólogo, ese fue el "gran descubrimiento sin parangón" de Miguel de Cervantes. "Una vez hecho, jamás se puede olvidar". Asimismo, ha añadido que todos lo que trabajan siguen "el camino abierto por ese descubrimiento".

Zygmunt Bauman se ha preguntado, además, por el significado de la vida. "Nosotros, humanos, preferiríamos habitar un mundo ordenado, limpio y transparente donde el bien y el mal, la belleza y la fealdad, la verdad y la mentira estén nítidamente separados entre sí y donde jamás se entremezclen, para poder estar seguros de cómo son las cosas, hacia dónde ir y cómo proceder", ha declarado.

"Soñamos con un mundo donde las valoraciones puedan hacerse y las decisiones puedan tomarse sin la ardua tarea de intentar comprender". El polaco ha afirmado que, de este sueño, "nacen las ideologías, esos gruesos telones que hacen que miremos sin llegar a ver".

Para Bauman, fue Cervantes quien abrió "el camino de salida que nos aleja de esa incapacitación, presentando el mundo en toda su desnuda, incómoda, pero liberadora realidad". Una realidad que el Premio Príncipe de Asturias ha descrito "de una multitud de significados y una irremediable escasez de verdades absolutas". "Es en dicho mundo, en un mundo donde la única certeza es la certeza de la incertidumbre, en el que estamos destinados a intentar comprendernos a nosotros mismos y comprender a los demás, destinados a comunicar y de ese modo, a vivir el uno con y para el otro", ha apuntado.

Según ha explicado Zygmunt Bauman, es en esa tarea de compresión "en la cual las humanidades intentan ayudar a nuestros conciudadanos". Para el sociólogo es "al menos, lo que deberían estar intentando, si desean permanecer fieles al legado de Miguel de Cervantes Saavedra".

Por otra parte, Bauman se ha acordado de dos de sus profesores de Varsovia, Stanislaw Ossowski y Julian Hochfeld. "Lo que me enseñaron fue a tratar la sociología como una disciplina de las humanidades, cuyo único, noble y magnífico propósito es el de posibilitar y facilitar el conocimiento humano y el diálogo constante entre humanos", ha explicado.

Zygmunt Bauman ha agradacido que se le haya considerado su obra dentro de las humanidades, así como por distinguir su trabajo "como una contribución a las humanidades y a la comunicación humana".

Rodríguez Inciarte: "El mundo y nuestro país viven momentos difíciles pero no tenemos duda de que las superaremos"

El presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, Matías Rodríguez Inciarte, ha afirmado este viernes que en momentos, como los actuales, en un mundo complejo, "asediado por incertidumbres y dificultades económicas" es necesaria la cultura "representada en las personalidades e Instituciones a las que rendimos homenaje con motivo de la entrega de nuestros Premios".

Rodríguez Inciarte pronunció estas palabras durante su discurso en la Ceremonia de Entrega de los Premios Príncipe de Asturias, en la XXX edición de la historia de los galardones.

El presidente de la Fundación ha comenzado su intervención citando al poeta inglés Eliot que definió magistralmente la cultura como "simplemente aquello que hace que la vida merezca la pena ser vivida". Y ha señalado que "el mundo y nuestro país viven momentos difíciles pero no tenemos duda que, como en circunstancias similares en el pasado, superaremos estas dificultades.

En este sentido, Inciarte ha destacado que la Fundación, "acorde con la sensibilidad de los tiempos, está realizando un gran esfuerzo de austeridad, sin que ello afecte a la dignidad institucional que su tarea requiere".

CAMBIOS

El máximo responsable la Fundación se refirió también al relevo que se produjo en la dirección de la institución, al frente de la que estuvo durante 30 años Graciano García y que ahora ostenta Teresa Sanjurjo.

"A lo largo del pasado año hemos llevado a cabo, de una manera que me atrevo a calificar de ejemplar, la renovación que, por razones estatutarias, era necesario llevar a cabo en el puesto de Dirección General de la Fundación", señala y añade que está convencido que este cambio "nos permitirá mantener íntegramente todos los valores que han sustentado la rica trayectoria de la Fundación para continuar, mediante un nuevo impulso, su progreso hacia el futuro".

Refiriéndose a Su Alteza Real Doña Sofía, el presidente de la Fundación ha agradecido su asistencia al acto de entrega de los Premios a lo largo de estos treinta años. "Con Vuestra presencia simbolizáis el apoyo que la Corona ha brindado siempre a nuestra Institución, dotando a este acto de mayor profundidad y relieve. Os ruego trasmitáis a Su Majestad el Rey el testimonio de nuestra lealtad y de nuestra gratitud".

Así como palabras de gratitud hacia los Príncipes de Asturias: "Nada de lo sucedido hasta ahora ni la proyección futura de nuestro trabajo serían posibles sin la permanente inspiración y apoyo de sus Altezas Reales y sin la inestimable tutela de la Corona de España".

Inciarte ha finalizado su intervención con una cita del Premio Príncipe de Asturias de las Letras Amin Maalouf: "Si creemos en algo, si tenemos en nuestro interior suficiente energía, suficiente pasión y ganas de vivir, podemos encontrar en los recursos que nos ofrece el mundo actual los medios necesarios para hacer realidad nuestros sueños".

Maalouf: "Si nos descuidamos este siglo recién empezado será un siglo de retroceso ético"

El escritor Amin Maalouf, premio Príncipe de Asturias de las Artes 2010, ha alertado hoy del "retroceso ético" que padecerá la sociedad durante el presente siglo XXI. Se basa en "síntomas" de la "época descarriada" actual, como "las afirmaciones identitarias, la erosión de los valores democráticos o el recurso con excesiva frecuencia a las operaciones militares y a los estados de excepción". Así, incidió en el "papel crucial" de la cultura para superar esta situación, y llamó a la "educación cívica" para que la diversidad no se convierta en calamidad.

Se expresó en este sentido durante su discurso en la ceremonia de entrega de los galardones. En su intervención, el escritor libanés afincado en Francia realizó una férrea defensa de la coexistencia y la convivencia de los pueblos y culturas, al mismo tiempo que alertó de que "la diversidad es una fuente de riqueza pero también de tensiones".

"Si nos descuidamos", señaló, "este siglo recién empezado será un siglo de retroceso ético". Así, advirtió de que "se recrudecen las afirmaciones identitarias, violentas en muchísimas ocasiones y, en muchísimas ocasiones, retrógradas; se debilita la solidaridad entre naciones y dentro de las naciones; pierde fuelle el sueño europeo; se erosionan los valores democráticos; se recurre con excesiva frecuencia a las operaciones militares y a los estados de excepción... Abundan los síntomas".

Defiende por tanto la "educación cívica" como arma para combatir este riesgo, y el papel "crucial" que juega la cultura. "Vivir juntos no es algo que les salga de dentro a los hombres; la reacción espontánea suele ser la de rechazar al otro", por lo que "para superar ese rechazo es precisa una labor prolongada de educación cívica". "Debemos todos sentirnos libres de aportar nuestra contribución a tenor de nuestros propios talentos y de nuestras propias sensibilidades", propone. A su juicio, "asentar este mensaje en las mentes es hoy tarea prioritaria de quienes pertenecen al ámbito de la cultura".

Para Maalouf, la "las naciones que se asientan en los cimientos de la diversidad étnica y la inmigración se hallan entre las más dinámicas del planeta, y basta con mirar la otra orilla del Atlántico para convencerse de ello". "Pero a este dinamismo lo acompañan con frecuencia trastornos, discriminaciones, odio y violencia", señala.

En su opinión, "la diversidad en sí misma no es ni una bendición ni una maldición, sino una realidad, algo de lo que se puede dejar constancia". "Lo que importa", según Maalouf, "no es saber si podremos vivir juntos pese a las diferencias de color, de lengua o de creencias; lo que importa es saber cómo vivir juntos, cómo convertir nuestra diversidad en provecho y no en calamidad".

El escritor considera que "vivir juntos no es algo que les salga de dentro a los hombres; la reacción espontánea suele ser la de rechazar al otro". "Para superar ese rechazo es precisa una labor prolongada de educación cívica.

EUROPA PRESS