La Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) ha decidido prescindir del glamour y apostar por el cine de autor como seña de identidad del certamen, que hoy inaugura Icíar Bolláin con el filme "También la lluvia".

"Hay que ir al cine a buscar. La gran sorpresa puede esconderse entre los nuevos", aseguró ayer el director del festival, Javier Angulo, en alusión a la mezcla de realizadores noveles y consagrados que caracteriza el programa de la presente edición.

Un día menos, por motivos económicos, durará la 55 Seminci, con ocho jornadas en las que se proyectarán 107 largometrajes y 43 cortos en las diferentes secciones -Oficial, Punto de Encuentro y Tiempo de Historia-, todas competitivas y con distintos jurados.

Casi la mitad de los aspirantes a la Espiga de Oro, máximo galardón del certamen, son debutantes, lo que alienta esa condición de semillero o vivero cinematográfico que el alcalde de Valladolid y presidente del Patronato de la Seminci, Francisco Javier León de la Riva, se ha encargado de recalcar antes los periodistas.

"El Festival de Valladolid siempre ha sido de autor. Tradicionalmente ha abierto las puertas del cine español, y a veces del europeo, a directores y actores que hasta entonces eran absolutamente desconocidos", manifestó De la Riva.

Es el caso de Icíar Bollaín, que presentó en la Seminci su primer largometraje, "Hola, ¿estás sola?" (1995), y que abre fuera de concurso una sección oficial donde comparecerán entre otros veteranos, el iraní Abbas Kiarostami y el argentino Héctor Olivera.

También puede aplicarse al actor Antonio Banderas, quien en 1989 recogió de manos de José Luis López Vázquez el premio al mejor actor de esa edición por su papel en "La blanca paloma" y que mañana, durante la inauguración, recibirá una Espiga de Honor honorífica, que le entregarán sus colegas Juan Diego e Imanol Arias como reconocimiento a su trayectoria cinematográfica.

La otra Espiga de Oro honorífica, dedicada al recientemente fallecido Claude Chabrol -el último estandarte de la Nouvelle Vague francesa que en los años cincuenta plantó cara desde Europa a la industria de Hollywood-, la recogerá el próximo viernes su hija, Cécile Maistre, de manos de Carlos Saura.

La proyección de "Bellamy" (2009), la última contribución de Chabrol antes de su desaparición, un ciclo de proyecciones con una selección de su filmografía y la edición de un libro conmemorativo también reconocerán la figura del genio francés.

El país invitado será Brasil, con una quincena de títulos actuales donde sobresale "Corpos celestes", de Marcos Jorge, el realizador que en 2008 ganó la Espiga de Oro del festival con "Estómago".

La representación española en la sección oficial, al margen de Bollaín, correrá a cargo de Enrique Gabriel con "Vidas pequeñas", un anticipo de la actual crisis inmobiliaria que rodó en 2005, y "La mosquitera", de Agustí Vila, un drama sobre la condición moral de la burguesía.

Por parte hispanoamericana concursarán el veterano cineasta argentino Héctor Olivera con "El mural", una pintura sobre la hipocresía social, y la coproducción hispano-argentina "Sin retorno", un 'thriller' de aroma policial con el que se estrena en el largometraje Miguel Cohan.