Oviedo, P. R.

Carlos López Otín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, se convirtió ayer en el único científico español que se incorpora este año a la Organización Europea de Biología Molecular (EMBO), una institución que distingue anualmente a los científicos más relevantes en el mundo por sus aportaciones en el ámbito de las ciencias de la vida.

López Otín ingresa como miembro permanente de la EMBO junto a otros sesenta y dos investigadores de 14 países y forma ya parte del selecto grupo de los 1.500 principales biólogos moleculares del mundo. En la selección de este año acompañan a López-Otín personalidades del ámbito científico internacional como dos premios Nobel de Medicina: Andrew Z. Fire (2006) y Elizabeth H. Blackburn (2009), y un premio «Príncipe de Asturias» de Investigación Científica y Técnica, Robert Allan Weinberg (2004).

Los miembros de la EMBO eligen cada año a los nuevos integrantes con el criterio de la excelencia investigadora. La organización valora especialmente la carrera científica de cada nuevo miembro, su aportación a la innovación y su proyección internacional.

«Es un honor profesional muy grande por la categoría de los científicos que forman parte de la organización y porque la lista de este año es realmente impresionante. Y, al ser el único español, es una muy buena noticia científica para nuestra Universidad», declaró ayer a LA NUEVA ESPAÑA López Otín.

La excelencia científica reconocida internacionalmente es un elemento imprescindible en un mundo de gran competitividad investigadora. «Los ranking universitarios se miden por estas cosas y que la Universidad de Oviedo figure en una lista internacional junto a otros centros académicos de referencia es un gran orgullo», señala Otín.

En la lista de la EMBO de este año figuran universidades y centros como Oxford, Cambridge, Stanford, Yale, Columbia, Heidelberg, College London, York, Goethe, Rockefeller University, Osaka, ETH Zurich, University of Massachusetts Medical School o Harvard Medical School, por citar algunos. La Universidad de Oviedo es la única institución española que aparece este año junto con el Centro de Regulación Genómica de Barcelona, por la investigadora italiana Maria Pia Cosma.

Otín recibió la buena noticia en su laboratorio, trabajando. A última hora de la mañana de ayer viajó a Madrid para asistir a la inauguración del curso académico de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. «No me quiero perder la primera sesión, es una institución muy representativa».

El recorte presupuestario no afecta, de momento, a su equipo, que trabaja en varios frentes. «Procuramos que la financiación de nuestro grupo esté diversificada, también tenemos apoyos europeos. Y tenemos la suerte de que el gran proyecto internacional del genoma del cáncer no sufrirá ningún recorte porque así lo han decidido los gobiernos de los diferentes países. Es un proyecto fundamental para el progreso científico y estamos desarrollando el trabajo de acuerdo a los plazos previstos», explica.

En el último año, además de este último trabajo, el equipo de Otín ha sido noticia por varias investigaciones. En colaboración con el Instituto de Oncología de Asturias contribuyeron a descifrar el mapa genético del pinzón de cebra, un pequeño pájaro que a pesar de su tamaño guarda el secreto del origen genético del lenguaje. Los resultados de la investigación fueron publicados en «Nature».

Su grupo descubrió además el origen del vértigo. El trabajo, del que es principal investigador Guillermo Mariño, abre nuevas posibilidades de tratamiento para las pérdidas de equilibrio y se publicó en la revista «The Journal of Clinical Investigation».

El pasado mes de septiembre la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences», de la Academia Americana de las Ciencias, publicaba otro estudio del equipo. En este caso el descubrimiento de que el factor de crecimiento insulínico -oIGF1- alarga la vida en un modelo animal de envejecimiento prematuro. O lo que es lo mismo, la longevidad de ratones envejecidos aumenta un 25 por ciento.