Roma, Madrid, Agencias

Terremoto planetario. La información facilitada ayer por el periódico «L'Osservatore Romano», órgano oficial del Vaticano, que se hacía eco de unas manifestaciones del Papa Benedicto XVI en las que por primera vez justificaba «en algunos casos» el uso del preservativo, dieron la vuelta al mundo. Tanto, que hasta el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, se refirió a ellas.

Quizá sorprendida por tamaño revuelo, la jerarquía vaticana se apresuró ayer a matizar que las palabras del Papa «no son un cambio revolucionario», sino «una visión comprensiva» para llevar a una Humanidad «culturalmente muy pobre hacia un ejercicio responsable de la sexualidad».

Así lo manifestó el portavoz vaticano, el jesuita Federico Lombardi en un comunicado en el que aseguró que las manifestaciones de Benedicto XVI «no reforman ni cambian las enseñanzas de la Iglesia, sino que las reafirman».

Benedicto XVI, en un libro-entrevista que saldrá a la venta dentro de unas pocas horas (el éxito de ventas está asegurado), manifiesta su comprensión hacia determinadas situaciones en las que el uso del condón esté justificado, y alude concretamente a la prostitución y al peligro consiguiente de contagios de enfermedades letales.

Nunca se había producido una concesión de este tipo, ni siquiera cuando recientemente el Papa visitó varios países de África, donde el sida sigue causando estragos. Se estima que cada día unas siete mil personas se infectan del virus en el mundo.

El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, ha afirmado que el Papa Benedicto XVI ha sido «bastante pragmático y realista».

«Las declaraciones del Papa son bienvenidas», afirmó ayer en Lisboa. «Todos conocemos la postura del Papa y del Vaticano, que han sido muy tradicionales», señaló. «Esta postura refleja una concienciación y una comprensión del Papa y del Vaticano sobre el sida», apuntó el secretario general.

La agencia de Naciones Unidas para el sida (Onusida) considera «un paso significativo y positivo» las declaraciones del Papa. «Esto ayudará a acelerar la revolución para la prevención del sida, al promover un enfoque basado en los derechos humanos para lograr el acceso universal a la prevención, el tratamiento y el apoyo» a los enfermos, agregó el director ejecutivo de Onusida, Michel Sidibé.

Sobre este primer «sí» al condón, el director de «L'Osservatore Romano», Giovanni Maria Vian, dijo ayer que la doctrina «en sí no cambia», pero que las palabras de Benedicto XVI son «el realismo del pastor».

El director del diario del Vaticano aseguró que la Iglesia y el Papa «sufren prejuicios tenaces» y que, si se presenta a la Iglesia ante el mundo «como cerrada, retrógrada, despiadada, sorda, enemiga de los hombres», las palabras del Papa son «un cambio clamoroso». La declaración papal fue realizada al escritor alemán Peter Seewald, que las incluye en su libro «Luz del mundo».

En España, donde hoy tendrá lugar un plenario de la Conferencia Episcopal, de carácter ordinario, la secretaria de Estado de Igualdad, Bibiana Aído, ha valorado como «un avance» las declaraciones del Papa, aunque ha apuntado que «es necesario dar más pasos para una reconciliación entre la sociedad, no sólo con los no creyentes, y la jerarquía eclesiástica».

La Fundación Mujeres y la Federación de Mujeres Progresistas han coincidido en calificar de «pequeño avance» las palabras de Benedicto XVI, pero han pedido a la Iglesia que sea «más contundente» en este asunto.

La presidenta de la Fundación Mujeres, Marisa Soleto, ha subrayado que, en cualquier caso, «todo lo que ayude a utilizar un instrumento que salva vidas bienvenido sea».

Por su parte, la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, Yolanda Besteiro, recuerda que el trasfondo «sigue siendo el mismo» ya que si bien el Papa justifica el uso del preservativo en algunos casos, luego precisa que «no es la manera de combatir el sida, ya que es necesaria una humanización de la sexualidad». Besteiro se ha preguntado qué entiende el Papa por «humanización de la sexualidad» y ha señalado que lo que sí parece claro es que Benedicto XVI no admite la libertad sexual de cada individuo.

«Las declaraciones del Papa sólo reafirman la enseñanza de la Iglesia»

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Portavoz del Vaticano