Gijón, Ángel CABRANES

«Cuando veo la situación actual de la cultura europea me deprimo». Eugène Green, escritor, dramaturgo y cineasta francés, al que la vida le llevó a nacer en 1947 en Nueva York, reconoce que cuando mira hacia el futuro «no es nada optimista». El autor, homenajeado este año por el Festival Internacional de Cine de Gijón, afirma que «el cine dejará de existir si termina imponiéndose la utilización del formato digital» y se autoproclama defensor del cinematógrafo porque «es el único medio que capta la energía de la materia. Es la palabra hecha imagen».

Eugène Green llegó tarde al mundo del cine, nada menos que en 2001, pero su particular y clásica mirada, inspirada en autores como Bresson Ozu y Antonioni, revolucionó la escena europea. A estos inspiradores de sus creaciones se remite al recordar que en su época de juventud «hacíamos colas en el cine para poder ver sus películas, mientras ahora los jóvenes sufren una ocupación invisible. Me refiero a ese fenómeno que les hace beber a todos lo mismo y hacer las mismas cosas. Por eso reclamo una resistencia activa para que se rescaten los valores culturales que estamos perdiendo».

Gijón exhibe durante esta semana siete de los trabajos del francés: «Toutes les nuits», «Le monde vivant», «Le pont des arts», «A religiosa portuguesa», «Le nom du feu», «Les signes» y «Correspondances». En ellos se percibe su personal forma de entender el séptimo arte, basado, como él mismo explica, en «expresar la espiritualidad que se halla oculta en la materialidad. Lo que intento es recoger sentimientos fuertes en una cantidad pequeña de palabras».

Fundador en París durante la década de los setenta de la compañía de teatro «La Sapiencia», Green quiere diferenciar claramente su faceta de dramaturgo y escritor cuando se pone detrás de la cámara: «El texto nunca se puede ver en el cine como literatura, porque su calidad no implica el éxito de la grabación». En este juego entra el papel del cinematógrafo, al que le atribuye el protagonismo central a la hora del rodaje. «Sustituye a la palabra y al mismo tiempo le da una polivalencia. Cada plano que realices puede llevar a que lo que figure en el guión adquiera un sentido diferente», destaca el cineasta.

Algunos de los planos cortos que suele utilizar se dirigen a determinadas zonas del cuerpo que el autor quiere reflejar intencionadamente porque «busco transmitir lo esencial de una manera muy concreta. A veces, si quieres lanzarle el espectador una idea y utilizas un plano largo, terminas perdiendo el verdadero mensaje que pretendías trasladar». Y es que Eugène Green tiene claro que «los directores queremos hacer en el cine todo aquello que no se consigue a través de otros medios artísticos. Ésa es la verdadera poética de la cinematografía».