Oviedo, Pablo GALLEGO

Durante mucho tiempo «Forma Antiqva» fue un sueño. Aunque el Conservatorio Valle del Nalón fue un faro cultural en la adolescencia de los hermanos Zapico, labrarse una carrera musical tocando el clave, la tiorba y la guitarra barroca parecía, cuando menos, una aspiración difícilmente alcanzable; pero la realidad es tozuda, y la música que llenaba las horas de Aarón, Pablo y Daniel Zapico, en clase y en casa, luchó por salir adelante. Tanto que varios años y multitud de conciertos después «Forma Antiqva» está considerado por la crítica «la cabeza visible de la música antigua hecha en España». Y este mes los hermanos Zapico lanzan al mercado su nuevo trabajo discográfico, «Concerto Zapico». El segundo para el sello alemán Winter & Winter. El más cercano a sus protagonistas. El núcleo duro de «Forma Antiqva».

«Es lo más personal que hemos hecho», afirma Aarón (Langreo, 1978), el mayor de los Zapico. Padre primerizo -su hija Inés nació hace poco más de dos meses, tras uno de los ensayos generales de la ópera «L'incoronazione di Poppea»-, el clavecinista del grupo no puede ocultar su satisfacción por el resultado de un largo proceso de selección y grabación. «Es el público quien debe juzgarlo», explica, «pero que alguien como Stefan Winter -responsable del catálogo de la discográfica y juez de talentos musicales- te diga que está satisfecho es muy importante».

Las quince pistas que componen el «Concerto Zapico» van desde un fandango de Domenico Scarlatti (1685-1757) hasta la «Recercada I», de Diego Ortiz (1510-1570), y «Lo ballo dell'Intorcia», de Antonio Valente (1520-1580). Una selección de obras en las que «Forma Antiqva» tocan música de baile. Danzas barrocas también de Ludovico Roncalli, Giovanni Girolamo Kapsperger, Santiago de Murcia, Jusepe Ximénez, Bernardo Pasquini o José de Nebra. Melodías y ritmos que trasladan al oyente hasta las cortes y las celebraciones de los siglos XVI y XVII. En ellas se fusionan los talentos de Aarón (clave), Pablo (guitarra barroca) y Daniel Zapico (tiorba), a través de composiciones escritas en origen para solista que ahora suenan a tres bandas.

Lograrlo ha supuesto «un trabajo ingente», apunta Aarón Zapico. El nuevo disco es «el fruto de tres años de programas y conciertos hasta llegar a una selección en la que faltan muchas piezas, pero en la que no sobra ninguna». Si fuese un disco de pop, las quince «canciones» podrían llegar a ser singles en las listas de éxitos del Barroco.

A diferencia de su primer trabajo para Winter & Winter, «Amore x Amore» -junto al contratenor Xavier Sabata, otro intérprete español en ascenso internacional-, Aarón reconoce que en el «Concerto Zapico» han podido trabajar «sin presión». Cada obra ha podido madurar a su tiempo, en diferentes conciertos y lugares, y el resultado final es un catálogo vivo de lo que podría llamarse el «sonido Zapico». Sin pretensiones. Sólo por el hecho de disfrutar tocando juntos.

«Concerto Zapico», distribuido en España por Diverdi, debe un pequeño trozo a la Consejería de Cultura del Principado de Asturias. «Colaboran con algo así como una quinceava parte del coste total del disco, pero que no falte, toda la ayuda es bienvenida», afirma Aarón, que con los mellizos Pablo y Daniel (Langreo, 1983) prepara para los próximos días dos conciertos y clases magistrales en Burdeos. «La Fundación Fernando el Católico nos prestó su clave, y el auditorio de Gerona nos dejó grabar en un sala sin cobrarnos ni un euro», añade.

«En España los artistas necesitamos apoyo. Los profesionales del cine y los grupos de pop se quejan, pero los clásicos estamos completamente abandonados de la mano de Dios», reclama el clavecinista. Desde el nacimiento de «Forma Antiqva» en 1998 Aarón Zapico está acostumbrado a ejercer de portavoz del grupo, «pero los tres contamos lo mismo», aclara. Reman en la misma dirección para conseguir que la crisis no interrumpa un ascenso que comenzó en el Conservatorio Valle del Nalón. Con Manuel Paz en clase y Eloy Zapico y Margarita Braña en casa, padrinos del nuevo «Concerto Zapico».