Pravia, V. DÍAZ PEÑAS

«Nunca piensas que esto puede ocurrirte a ti. Por suerte, el bebé estaba sano, pero podría haber sido más grave». Quien así habla es Paloma González, una praviana que vio cómo su hijo, de apenas tres meses, enfermaba por una intoxicación causada, al parecer, por un lote de leche en polvo. Ahora, mientras Nel se recupera paulatinamente, a la espera de la eliminación total de la bacteria que le causó la gastroenteritis aguda, su madre aboga por un mayor control de los alimentos para bebés.

El origen de los hechos se remonta al pasado 6 de febrero. «Fuimos a la farmacia. No tenían nuestra marca habitual, así que compramos un bote de Blemil Plus 1». Tres días después, su hijo fue vacunado de neumococo y el jueves comenzó a empeorar. «Tenía mucha diarrea y una fiebre muy alta», señala. A última hora de la tarde avisaron al 112; les recomendaron acudir al Hospital San Agustín de Avilés, donde diagnosticaron una gastroenteritis aguda.

Paloma González se enteró de que su hijo estaba intoxicado casi una semana después de haberle suministrado un lote de leche que se retiró del mercado. «Me enteré por la pediatra; fue la que me comentó que la gastroenteritis se debía a una bacteria de salmonelosis que posiblemente estuviera en la leche». Ahora, mientras su hijo mejora, aspira a pasar página. La joven praviana elogia a los profesionales sanitarios, pero no ahorra reproches al fabricante ni a las autoridades sanitarias. En particular, critica la «lentitud» de la actuación y discrepa de las fechas dadas por la empresa: «Ellos dicen que la leche fue retirada el 4 de febrero, pero nosotros la compramos el 6».