Oviedo, Eduardo GARCÍA

¿Se puede trabajar a cien kilómetros de casa, mantener un hogar alternativo y trabajar a media jornada por unos 800 euros? Cientos de maestros y profesores lo hacen en Asturias, condenados a ese refrán que dice que «lo comido por lo servido». Y a veces, ni eso.

David Ibáñez es profesor del Instituto de Enseñanza Secundaria de Cangas del Narcea y no tiene muy claro dónde vive: tiene piso en Oviedo, alquilado, y realiza el trayecto de ida y vuelta desde la capital al Suroccidente. Da clases tres días a la semana y, cuando libra, se va hasta un pueblo cercano a Santander, donde da clases su esposa, con quien se casó este mismo año. «Vivo del sueldo de ella», afirma, y es muy consciente de que su situación no es la más adecuada para consolidar un hogar.

David, que da clases de Filosofía y ha cumplido los 40 años, echa cuentas: 400 euros el alquiler, unos 500 para comer, gastos personales y la gasolina. Es lo que gana, unos 900, tras el tijeretazo de las retenciones. Acabó la carrera en 1996, estuvo seis cursos en la provincia de Ávila en un centro privado de Formación Profesional. Desde 2007 trabaja a media jornada en Asturias «y la verdad es que cada año se me pone la cosa más difícil». En el año 2008 su destino fue el IES Aramo, en Oviedo; al curso siguiente le tocó el IES de Infiesto. Ahora, el de Cangas del Narcea, desde donde enfila rumbo los fines de semana hasta Santander, viajes que contribuyen y mucho a que el cuentakilómetros de su coche roce los 50.000 al año.

Tiene diez horas de docencia a la semana pero lo de la media jornada no deja de ser una cuestión administrativa que no se corresponde con la realidad. «Si yo renuncio a trabajar me quedo sin puntos. Trabajo por esos puntos, no por el dinero», señala. La especialidad docente de David Ibáñez no le facilita precisamente las cosas porque las últimas oposiciones en las que hubo oferta pública de empleo en Filosofía se remontan a 2006.

Casi quinientos profesionales de la docencia tienen contrato con la Administración pública en formato de media jornada, de los que 188 son maestros y 251 pertenecen a la Secundaria. Se contempla además la media jornada en la FP, las escuelas de idiomas, el cuerpo de profesores de Artes Escénicas y el de Artes Plásticas y Diseño. Un reciente informe del sindicato CC OO señalaba que «en el presente curso escolar casi una de cada tres contrataciones es a media jornada». Comisiones constata una realidad que suscribe quien haga con frecuencia la cesta de la compra: «El profesorado en esta situación contractual y con destino laboral alejado de su domicilio apenas gana para subsistir».

El total de plazas cubiertas por interinos al inicio del curso 2010-11 en Asturias fue de 1.679, de las que 485 fueron con contrato de media jornada, exactamente el 28,8%. El peso de la media jornada es muy significativo en Secundaria, donde el porcentaje llega al 37 por ciento.

Merce Mediavilla Martínez es profesora de Filosofía en Boal. Mantiene piso de alquiler en Gijón y se da el gustazo de vivir en una antigua casa de indianos reconvertida en núcleo de turismo rural. «Es propiedad de Gemma, la madre de uno de mis alumnos. Un sitio precioso». Con algo menos de 900 euros Merce pasa la semana laboral en el Occidente, a razón de 10 horas lectivas, 6 complementarias más lo que cuadre, y los fines de semana a orillas del Cantábrico.

Boal queda lejos, pero no tanto como otros destinos. «Los 140 kilómetros que me separan de Gijón no me los quita nadie», pero también existen alicientes: «El entorno es muy guapo, el alumnado muy buena gente y el trato en el centro, familiar». Nada que ver con los ambientes de las grandes ciudades. En el Carlos Bousoño de Boal conviven alumnos desde Primaria a Bachillerato. El temor a que la Secundaria no obligatoria fuera trasladada a Navia generó el pasado curso una movilización de padres como no se conocía en el concejo, y ese espíritu activo se mantiene. «Aquí percibes esa cierta consideración que se tenía antes a los maestros», dice Merce Mediavilla.

El problema, claro, es económico. Esta profesora afiliada a SUATEA, que imparte, entre otras materias, Educación para la Ciudadanía, Ética o Historia de la Filosofía, a niños y adolescentes entre los 12 y los 18 años, asume que el sueldo se va en vivir, en pagar la gasolina y muy poco más. Menos es nada. Lleva trabajando en la docencia desde 2003, con destinos en Gijón, Turón, Pola de Lena y algunos más en Cantabria.