La fotografía de arriba está tomada menos de veinticuatro horas después de que la polesa Dulce Fonseca saliera del quirófano en el que se le implantó, a cerebro abierto, un electrodo de última generación para el control del párkinson, enfermedad que le afectaba a su brazo derecho desde hace doce años y que le fue diagnosticada cuando aún no había cumplido los 50. Dulce, funcionaria jubilada del Ayuntamiento de Siero, es la tercera paciente operada dentro de un programa de ensayo mundial de una nueva técnica, que tiene al HUCA como uno de los seis hospitales europeos de referencia, y el único de España. El miércoles, esta paciente, rebosante de optimismo, con su brazo ya perfectamente controlado, se someterá a otra prueba: la instalación en el tórax de una pequeña batería recargable en casa y con una duración inédita hasta la fecha: de 15 a 20 años.