Oviedo, P. R.

Manuel Elkin Patarroyo logró la primera vacuna sintética contra la malaria en 1986, denominada SPF-66. El entusiasmo inicial dio paso a la cautela en la comunidad científica, que consideró que no resolvía el serio problema de salud que representa esta enfermedad. Se calcula que se producen anualmente 500 millones de casos de malaria, la mayoría en África, de los que tres mueren, sobre todo niños menores de 5 años. En 1996, Patarroyo cedió la patente de la vacuna a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

«Publiqué la primera vacuna contra la malaria hace veinticinco años y protegía a entre un 30 y un 50 por ciento de los enfermos. Dijeron que no servía. Ha pasado todo este tiempo y nadie ha sacado nada mejor. Lo tomo con un proceso», asegura Manuel Patarroyo.

Licenciado en Medicina por la Universidad Nacional de Colombia, Manuel Patarroyo, de 64 años, se doctoró en la Universidad Rockefeller de Nueva York.

Fundador y actual director de la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia asociado a la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá; director de la línea de investigación en Relación Estructura-Función en la Búsqueda de Vacunas Sintéticas en el doctorado en Ciencias Biomédicas de la Universidad del Rosario; profesor de la misma Universidad así como colaborador de la Organización Mundial de la Salud, para el desarrollo de vacunas sintéticas contra la malaria, la tuberculosis y la lepra, Patarroyo es un científico de personalidad singular, que siempre ha manifestado su preocupación por quienes padecen este tipo de enfermedades y no tienen medios.

«Es un orgullo que la solución al problema de las infecciones, a través de este modelo, sea aportado por colombianos a la Humanidad entera», declaró ayer a los medios de su país.