Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

Los ataques de corazón no suelen avisar. Se impone la necesidad de avistarlos de lejos para poder evitarlos. Un grupo de médicos de urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) pondrá en marcha, a lo largo de las próximas semanas, un estudio que se propone identificar marcadores que adviertan de la existencia de riesgo cardiovascular y permita adoptar medidas para atajar el peligro.

Las estadísticas avalan la relevancia de esta investigación, ya que «se estima que el riesgo de muerte y rehospitalización en los primeros 60 días después de ser hospitalizado por insuficiencia cardiaca oscilan entre el 30 y el 60 por ciento, dependiendo de la población estudiada», explica Pablo Herrero, médico adjunto del servicio de urgencias del HUCA e investigador principal del proyecto. Por otra parte, la insuficiencia cardíaca constituye una de las principales causas de hospitalización, mortalidad hospitalaria y coste sanitario en España. En mayores de 65 años, es la principal causa de hospitalización en Estados Unidos y en Europa.

El trabajo será coordinado desde el complejo sanitario ovetense, y contará con la colaboración de médicos de los hospitales Clínico de Barcelona, de Bellvitge y General de Alicante. Sus promotores han conseguido que sea financiado por el Instituto de Salud Carlos III en el marco de la Acción Estratégica en Salud (AES). El objetivo de los facultativos se centra en «identificar los factores implicados en la mortalidad a 30 días y al año y evaluar la utilidad de dos biomarcadores (copeptina y proadrenomedulina)», precisa el doctor Herrero.

La investigación se llevará a cabo sobre pacientes con insuficiencia cardíaca aguda que han sido atendidos en servicios de urgencias hospitalarias. Serán estudiados un total de 622 enfermos, de los que se recogerán variables sociodemográficas, clínicas, factores de riesgo y enfermedades previas, tratamientos, determinaciones analíticas habituales y de biomarcadores y datos de mortalidad al cabo de 30 días y de un año. «A todos ellos se les realizará un seguimiento telefónico», indica el responsable del estudio.

Pablo Herrero y sus colegas ven muy razonable que el trabajo se lleve a cabo desde los servicios de urgencias hospitalarias, ya que la insuficiencia cardiaca aguda, además de haberse convertido en «uno de los problemas más importantes de la salud pública en los países desarrollados», representa «una de las causas más frecuentes de consulta en los servicios de urgencias hospitalarios y la principal causa de hospitalización en ancianos». De hecho, del total de los ingresos por esa patología «sólo el 4 por ciento se hace de una forma programada». El resto corresponde a pacientes que han acudido a las urgencias de su hospital.

Hasta el momento, se han llevado a cabo diversas investigaciones acerca de los principales factores de riesgo de mortalidad intrahospitalaria, a los 30 días y al año de la admisión, a causa de la insuficiencia cardiaca. Los médicos asturianos elogian sus resultados, pero advierten de sus limitaciones. Una de ellas es que no tienen en cuenta el tipo de disfunción cardiaca, circunstancia muy relevante cuando este dato se ignora en más del 50 por ciento de los pacientes que se atienden en los servicios de urgencias hospitalarias. Otra deficiencia consiste en que los trabajos precedentes no valoran suficientemente biomarcadores que actualmente están disponibles en los laboratorios de urgencias, como son el péptido natriurético cerebral (BNP) o su porción aminoterminal (NTproBNP).

De otro lado, precisa Pablo Herrero, «la totalidad de los estudios en los que se establecen los factores pronósticos de mortalidad intrahospitalaria y mortalidad y reingreso a los 30 y 60 días se han realizado con pacientes ingresados en salas convencionales de hospitalización, dependientes de servicios de medicina interna y cardiología, y con poca representación de pacientes españoles».