Gijón, J. L. ARGÜELLES

Pocos escritores han hecho más en el mundo de habla española por la explicación rigurosa del conocimiento científico que José Manuel Sánchez Ron (Madrid, 1949), quien resultó ayer ganador del XVII Premio Internacional de Ensayo «Jovellanos» por «La nueva Ilustración: Ciencia, Tecnología y Humanidades en un mundo interdisciplinar», un trabajo que se presenta como una defensa de la colaboración científica y de la suma de perspectivas frente a las limitaciones de la excesiva especialización.

«Hay ya una nueva Ilustración en marcha, porque este siglo es el de la interdisciplinariedad», manifestó a este diario Sánchez Ron, para quien ya no es posible dar una visión global e informada de nuestro mundo y de las sociedades de las nuevas tecnologías sin contar «con grupos que transiten por varias disciplinas». «Ya es así; no es posible resolver los grandes problemas de la Humanidad, como los medioambientales, sin la combinación de varias disciplinas», afirmó.

Académico de número de la Real Academia Española de la Lengua, catedrático de Física Teórica de la Universidad Autónoma de Madrid, conferenciante de prestigio, Sánchez Ron es un brillante prosista que ha sido capaz de trasladar al lector medio información compleja sin merma del rigor expresivo. Títulos como «El siglo de la ciencia» (premio «Ortega y Gasset»), «Los mundos de la ciencia», «Diccionario de la ciencia» o «¡Viva la ciencia!», este último en colaboración con el dibujante Mingote, dan cuenta de una exigente vocación por la transmisión del conocimiento.

Es uno de los aspectos intelectuales de Sánchez Ron que destacó ayer el jurado del premio «Jovellanos». Presidido por José Luis García Delgado, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, e integrado por Adela Cortina, Emilio Lamo de Espinosa, Pedro de Silva, Carlos López-Otín, Juan Vázquez y Luis Xabel Álvarez, este último en calidad de secretario. «Es el español que más ha hecho por divulgar los contenidos de la ciencia», hizo resaltar García Delgado. Éste elogió también la alta calidad de los cincuenta y siete originales presentados al Jovellanos, el 25 por ciento con matasellos de fuera de España. Convocado anualmente por Ediciones Nobel, que edita la obra ganadora, y patrocinado por el Ayuntamiento de Gijón, la Consejería de Cultura del Principado y Caja Rural de Asturias, se ha convertido en uno de los premios de ensayo más importantes del país. Está dotado con 21.000 euros. En la nómina de ganadores están, por ejemplo, Carlos Castilla del Pino, Pedro Laín Entralgo, John R. Searle, Javier Tusell o Amando de Miguel, por citar sólo algunos nombres. Sánchez Ron se mostró ayer feliz por sumar su nombre a esa lista en una convocatoria especial. Este año se conmemora el bicentenario de la muerte de Jovellanos.

«La verdad es que no pensé el título (del ensayo) en términos de oportunismo; Jovellanos fue uno de los principales ideólogos de aquella esperanza (la de los ilustrados) en un mundo mejor», manifestó el académico, para quien la Ilustración fue, en general, un proyecto «maravilloso».

Ese título, «La nueva Ilustración», está justificado, según explicó Sánchez Ron, por su convicción de que las propuestas de los ilustrados (La Enciclopedia fue coordinada por Diderot, filósofo y escritor, por y D'Alembert, físico y matemático) tienen el marchamo de la interdisciplinariedad: «El desarrollo ha llegado a un punto en el que para avanzar necesitamos la reunión de varias disciplinas; el hombre renacencista, que lo sabía todo, ya no es posible».

El ensayo premiado se divide en once capítulos en los que Sánchez Ron estudia casos como los de Newton, Pasteur o Helmholtz, paradigmas de una aplicación fecunda de varias disciplinas científicas. La interdisciplinariedad, que debe incorporar asimismo las Humanidades (hay un capítulo dedicado al tema), debe ser la guía de la nueva enseñanza, no sólo en España, destacó. Sánchez Ron cree que la matemática es el gran lenguaje del conocimiento científico, pero también se mostró convencido de que la literatura -por mantener su ejemplo- enriquece nuestra visión del mundo. «Hay que recuperar el espíritu ilustrado», defendió.