Oviedo, J. N.

El pianista ruso Grigory Sokolov ofrecerá hoy, a las ocho, un concierto en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, dentro de las Jornadas para piano «Luis G. Iberni». Sokolov es uno los más destacados pianistas del momento. En su regreso a Oviedo interpretará dos obras de Bach y otras dos de Schumann. Como es habitual, no ha concedido entrevistas.

En el año 1966 ganó el premio «Chaikovski» de Moscú y desde ahí saltó ya a la consagración artística. Con 12 años Sokolov ofreció su primer recital importante, en San Petersburgo, y sucesivamente ha ido configurando un estilo interpretativo inequívoco, centrado en versiones poéticas y personales, con una marcada voluntad estilística. Es un invitado habitual en las grandes salas de conciertos internacionales de Madrid, Londres, Munich, París, Viena, Salzburgo, Roma o Nueva York y ha colaborado con directores de primer nivel mundial como Neeme Järvi, Valerie Gérgiev, Trevor Pinnock, Herbert Blomstedt, Sakari Oramo, Alexander Lazarez o Moshe Atzmon. En sus actuaciones es frecuente que colabore con grandes orquestas como la Filarmónica de Nueva York, la Sinfónica de Montreal, la Filarmónica de Múnich o la Filarmónica de Londres. Graba sólo en directo durante sus conciertos y elude hacerlo en estudio, dentro de su búsqueda incesante de la sinceridad musical.

El programa que ofrecerá hoy en Oviedo se abre con el «Concierto italiano», de Bach, con dos tiempos rápidos y otro lento intercalado. El primer movimiento es vivo; el segundo, andante, con juegos sonoros muy marcados, y culmina con el presto final, muy activo. Después, la «Obertura al estilo francés», también de Bach, que incluye seis danzas. En la segunda parte, Schumann y su «Humoreske», compuesta en un tiempo en que aún cortejaba a la gran pianista Clara Wieck, que acabaría siendo su esposa, y a la que escribió diciéndole «tu romanza me confirma que debemos ser marido y mujer». Como cierre, «Klavierstücke», también de Schumann, una pieza en cuatro tiempos, muy inspirada.