Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

La química asturiana Alba Díaz Rodríguez forma parte del grupo de científicos que ha logrado transformar el hidrocarburo más simple, el metano, en moléculas orgánicas de mayor complejidad. La investigación acaba de ser publicada en la prestigiosa revista «Science».

El avance, de notable relevancia desde el punto de vista de la investigación básica, da respuesta a un antiguo desafío de la química y puede dar lugar a muy diversas aplicaciones, debido a que el metano «es una sustancia presente en la naturaleza de forma muy abundante», explicó ayer a LA NUEVA ESPAÑA en conversación telefónica desde Oxford. La industria alimentaria se perfila como uno de los sectores que puede beneficiarse del avance, que también promete aplicaciones diversas en otros ámbitos de la química.

Nacida en Infiesto, en 1981, Alba Díaz Rodríguez estudió en la Universidad de Oviedo, donde más tarde se doctoró en el ámbito de la química orgánica. Se formó bajo los auspicios de Vicente Gotor, actual rector de la institución académica. Desde finales de 2009, investiga en la Universidad de Oxford con una beca de la Fundación Ramón Areces.

Después de defender la tesis doctoral en Oviedo y antes de recalar en Oxford, Alba Díaz estuvo contratada por la Universidad de Valencia durante algo menos de un año, un periodo en el que trabajó en el proyecto que ahora se publica. «Me siento muy orgullosa y la verdad es que publicar en "Science" es ver cumplido un sueño», confiesa la científica piloñesa.

Según un comunicado de la universidad valenciana, la importancia del hallazgo radica en la necesidad de emplear -en un futuro no muy lejano- el metano como materia prima en la industria química. El proceso se consigue a través de la formación de nuevos enlaces carbono-carbono que reemplazan el enlace carbono-hidrógeno del metano, el más fuerte de los que afectan a los hidrocarburos.

Aunque la disponibilidad de esta sustancia en nuestro planeta la hace accesible desde un punto de vista económico, su uso industrial se reduce exclusivamente a un proceso en el que se convierte en monóxido de carbono e hidrógeno, el denominado gas de síntesis. El nuevo descubrimiento abre nuevas perspectivas en los campos de la síntesis de moléculas complejas y de la catálisis.

En la investigación han participado, además de Alba Díaz, los profesores Gregorio Asensio, María Elena González y Rossella Mello, con quienes han colaborado dos grupos de catálisis y química de la coordinación de las universidades de Huelva y Toulouse que dirigen los profesores Pedro J. Pérez y Michel Etienne. La científica piloñesa sirvió de enlace entre los grupos valencianos y onubense.

El metano es una sustancia gaseosa que presenta como principal característica su estabilidad, ya que los átomos que lo configuran están tan fuertemente unidos que convertirlo en otra sustancia constituía uno de los retos de la química moderna. Hasta ahora, el problema principal para trasladar la metodología desde otros hidrocarburos al metano radicaba en que, al ser el metano tan sumamente inerte, tan poco reactivo, cualquier otra sustancia presente en el reactor reaccionaría antes.

La solución ha consistido en emplear como medio de reacción dióxido de carbono en condiciones supercríticas. Alba Díaz precisa que el dióxido de carbono es igualmente una sustancia muy estable, con una reactividad también muy baja. Aunque a temperatura ambiente es un gas, por encima de determinados valores de presión y temperatura que se denominan críticos, se convierte en un fluido que puede utilizarse como disolvente. Esta fase del dióxido de carbono supercrítico se emplea, por ejemplo, a nivel industrial en el proceso de eliminación de la cafeína al café.