Madrid, Módem Press

María de la Paz Juana Amelia Adalberta Francisca de Paula Juana Bautista Isabel Francisca de Asís de Borbón y Borbón o, como realmente fue conocida, Paz de Borbón (Madrid, 1862 - Múnich, 1946). Hija de reyes, tía de reyes, hermana de reyes... «Una mujer bondadosa, culta, romántica, profundamente católica, con un gran sentido de la responsabilidad y muy querida por los españoles de su época; pero también una gran desconocida hoy a la que mediante este libro pretendo dar a conocer, y sacar a la luz su historia y su apasionante vida».

La periodista y escritora asturiana María Teresa Álvarez ha vuelto fijarse en otra gran mujer de nuestra historia en su último libro. «La infanta Paz de Borbón. La novela de la hermana desconocida de Alfonso XII». Una biografía novelada, editada por La Esfera de los Libros, de la cuarta de los vástagos de Isabel II y Francisco de Asís. «Una mujer a la que me acerqué precisamente a través de su madre, la reina Isabel, y que me ha acabado enganchando y enamorando por su bondad, su generosidad y su cultura». Paz de Borbón, «la hija a quien más quería Isabel II», nació en el Palacio Real de Madrid en 1862, fruto, según los mentideros de la corte y como muy sutilmente apunta la autora del libro, de la relación de la reina con su secretario personal, Miguel Tenorio de Castilla. Paz fue una niña dulce y callada con un carácter muy diferente del de su dominante hermana mayor Isabel, «La Chata», y al de la atrevida Eulalia. Vivió con ellas el exilio en París cuando su madre se vio obligada a renunciar al trono. Regresó a España con la restauración de la monarquía en la persona de su hermano Alfonso XII, pero pronto volvió a partir, esta vez para siempre, al contraer matrimonio con el príncipe Luis Fernando, del que estuvo profundamente enamorada hasta el final de sus días y con el que vivió en la Baviera romántica y extravagante del rey Luis II.

María Teresa Álvarez, que estuvo acompañada en la presentación de la obra por Tessa y Crista de Baviera, bisnietas de Paz de Borbón, recrea con emoción la apasionante vida de una mujer irrepetible que, «pacifista hasta la médula», se mantuvo al lado de los más desfavorecidos durante las dos guerras que asolaron Europa. Sencilla y bondadosa, hizo de su existencia una constante ayuda a los demás y se convirtió en un fiel apoyo de su sobrino, Alfonso XIII. Y es que, como asegura la autora, «hay personas que son buenas, y la infanta Paz es una de ellas. No tenía sombras».

«Me gusta dar a conocer personajes. Siempre estoy con los menos conocidos y los más desprotegidos», explicaba ayer la escritora asturiana, «casi siempre al lado de las minorías; y en este caso, Paz fue una infanta de España que pudo tener una vida maravillosa, tranquila, pero que tuvo parte activa en todo lo que le tocó vivir; por eso es un fresco de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX».

Un fresco «directo, honesto, veraz...», asegura Tessa de Baviera, «y por eso mi hermana Crista y yo estamos orgullosísimas de que por fin se haga caso a nuestra bisabuela, un gran personaje, pero desconocido por la historia». Un personaje olvidado, pero por el que el pueblo español tenía gran afecto. Algo de lo que da cuenta en el libro su autora que para ilustrar ese cariño no duda en plasmar el hecho de que cuando Paz de Borbón muere en Múnich en 1946 «los republicanos españoles exiliados allí no dudan en desafiar a la Policía para poder llevar su féretro a hombros».

La viuda de Sabino Fernández Campo destaca igualmente en el libro el «compromiso» de la infanta, que la llevó a militar en organizaciones como «La Liga Mundial por la Paz de las Madres y Educadoras», dirigida por la pacifista alemana Konstanze Hallgarten. Y ser pacifista en la Alemania de entreguerras no era lo «políticamente correcto», por lo que Paz de Borbón estuvo siempre en el punto de mira del régimen nazi y de su Policía secreta, la Gestapo, que registró su casa en varias ocasiones.

La infanta estaba también comprometida con la educación y la cultura, lo que la llevó a fundar, con la colaboración de su cuñada, la regente María Cristina de Habsburgo, el Spanish Pedagogium, colegio que acogió a muchos niños españoles mientras estuvo activo, hasta el final de la I Guerra Mundial.