Oviedo / Madrid, Agencias

Gaspar Llamazares, diputado de Izquierda Unida (IU), pedirá hoy en el Congreso que se retiren las subvenciones a la Academia de la Historia. Llamazares emplazará al ministro de Educación, Ángel Gabilondo, para que tome medidas contra el Diccionario Biográfico, cuyos 25 primeros tomos acaban de ver la luz y han creado una considerable polémica. El diputado de IU, a la vista de la biografía del general Franco realizada por el historiador asturiano Luis Suárez, pedirá un estatuto marco que regule el funcionamiento de las reales academias. Llamazares calificó el diccionario de «libelo que debe ser retirado».

El PSOE no va tan allá y ha registrado una proposición no de ley en la que se reclama que una comisión científica, compuesta por historiadores de reconocido prestigio, revise el polémico diccionario y que su difusión quede paralizada hasta que este órgano se pronuncie sobre las entradas en las que se ha detectado falta de objetividad.

El PSOE sostiene que el diccionario adolece de una «insoportable falta de rigurosidad y neutralidad». El Grupo parlamentario Socialista recuerda que la Real Academia de la Historia «ha incumplido el compromiso de dar una visión ecuánime» de los personajes históricos incluidos en el diccionario. La Administración central aportó 6,5 millones de euros al proyecto.

La entrada sobre Franco del Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia, incorporada por el académico Luis Suárez, «tergiversa los hechos y oculta cosas» y es «manipulación pura y dura», afirmó ayer Ángel Viñas, historiador y experto en la Guerra Civil y la II República. «Son quince o veinte errores, disparates más bien, los que el señor Suárez ha cometido», señala Viñas durante una entrevista a la agencia «Efe» con ocasión de la publicación de su nuevo libro, «La conspiración del general Franco».

Viñas reconoce que «no hay ningún historiador que no tenga ideología». El problema es, añade, «si el historiador disciplina esa ideología o se deja ganar por ella». «El señor Suárez debería haber tenido la decencia de calificar al régimen como lo que realmente fue, es decir, una dictadura. Una dictadura de base social cambiante, con orientaciones ideológicas también cambiantes, pero una dictadura al fin y al cabo», añade Viñas, ex diplomático y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid.

«Lo que será siempre un baldón para la Academia de la Historia es que nadie en ella se haya dado cuenta, al parecer, de que en el artículo de Suárez no hay absolutamente la menor referencia a la represión franquista», afirma el historiador, que califica el artículo de «manipulación pura y dura, la mentira quintaesenciada», dice.