Gijón, J. M. CEINOS

«Las instituciones públicas van a poner los ojos en este país para cambiar las cosas», aseguró en su primera intervención pública como concejal de Educación, Cultura, Festejos y Juventud del Ayuntamiento de Gijón, que tuvo lugar ayer por la tarde en el Museo del Pueblo de Asturias, Carlos Rubiera Tuya. Y puso, precisamente, como ejemplo de la dejadez hacia la cultura asturiana lo que ocurrió, según su criterio, con el propio Pueblo de Asturias, especialmente, señaló, en las décadas de los años setenta y ochenta del siglo pasado, cuando, opinó, pudo convertirse en uno de los mejores museos etnográficos de Europa.

Lo hizo en el acto de inauguración de la exposición titulada «Gaxapos, cachapas, zapicos y canaos. Distribución y tipología de un utensilio europeo en Asturias», en el que también se presentó el libro del mismo título, del que es autora Maider Fernández Zúñiga, licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo.

Una parte de los gaxapos que se pueden ver en la exposición proceden de la colección de Alfonso Fernández Canteli, que estuvo presente en la inauguración, quien desde hace décadas atesora cientos de madreñas y gaxapos.

El gaxapo, generalmente hecho de cuerno o tallado en madera, es donde se guarda la piedra de afilar las guadañas, que «no había tenido la atención de casi nadie», aseguró, por su parte, Juaco López Álvarez, director del Museo del Pueblo de Asturias, quien también confesó haberse sentido sorprendido cuando Maider Fernández Zúñiga le planteó realizar un estudio sobre un objeto tan particular.

«Se trata de un utensilio de la cultura ganadera que nos remonta a la Edad del Hierro», subrayó, por su lado, la autora del libro, propio «del Noroeste de la Península, con una gran variedad tipificada en Asturias»

En la introducción de su libro, Maider Fernández Zúñiga escribe: «Nos hallamos ante un utensilio relegado, que ha pasado completamente inadvertido, desarrollando su tímida existencia en una relación de segundo plano, lo que sin embargo no le ha impedido convertirse en un elemento etnográfico de primer orden que nos habla del rico patrimonio de la cultura popular asturiana y de otras regiones del norte de la Península Ibérica».

También justifica su estudio Maider Fernández en el hecho de que los gaxapos «se encuentran en vías de desaparición» por «el progresivo abandono del uso de la guadaña desde hace algunas décadas, en beneficio de aparatos motorizados».

Para terminar el acto de presentación, el concejal de Educación, Cultura, Festejos y Juventud explicó que el gaxapo «forma parte de mi memoria vital» y recordó que en uno de sus discos está presente el ruido de la guadaña al ser afiliada con la piedra y de la pación al ser cortada. «La única manera de conocer el mundo de verdad parte de conocer tu prau», afirmó Carlos Rubiera, residente en Garbelles, barrio de la parroquia rural gijonesa de Caldones, quien terminó su intervención pidiendo al director del Museo del Pueblo de Asturias que apoye también la rehabilitación de la llingua.