Oviedo, E. G.

La hormona se llama Klotho y es un buen aliado del ser humano. La produce sobre todo el riñón, según un estudio que acaba de publicar la revista de la Sociedad Americana de Nefrología (la revista más prestigiosa del mundo en medicina de riñón), y sus posibilidades futuras se sospecha que son enormes. Es una hormona que retrasa el envejecimiento, y su producción se ve mermada en los enfermos de riñón y en las personas que se ven sometidas a tratamiento de diálisis.

El estudio, coordinado desde la Fundación Jiménez Díaz, ha contado con la colaboración del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), y más concretamente con el servicio de inmunología, cuyo responsable es Carlos López Larrea.

La investigación abre un nuevo y muy esperanzador campo en el diseño de nuevos tratamientos. El reto es convertir a Klotho en un biomarcador, una especie de «chivato» analítico que nos pueda poner en guardia sobre posibles problemas renales, incluso antes de que tomen forma clínica.

La investigación en la que ha intervenido el hospital asturiano partía de una evidencia, tal y como señala Carlos Larrea: los enfermos con insuficiencia renal crónica sufren un envejecimiento acelerado con signos externos que lo evidencian. ¿Por qué se produce este fenómeno? La red española de investigación renal (REDinREN), que depende del Instituto de Salud Carlos III, se puso manos a la obra. La conclusión es que todo se «cuece» en el riñón afectado, que es la principal fuente de producción de Klotho y que deja de hacerlo en un momento dado y con una disminución que puede llegar al 90 por ciento. En circunstancias normales las células renales secretan Klotho en cantidades suficientes para que, a través, de la circulación sanguínea, se beneficien de ella otros órganos, según ha constatado el estudio dado a conocer ayer.

La colaboración asturiana, que también contó con el trabajo de la investigadora Beatriz Suárez Álvarez, ha sido posible gracias al apoyo de Cajastur. Klotho es una hormona que el ser humano comparte con otras especies animales. En los estudios realizados con ratones se constató un descenso acusado de la producción de Klotho en las primeras horas del fracaso renal. Dicha producción no vuelve a sus niveles normales hasta después de que el riñón haya recuperado todas sus funciones.

Uno de los objetivos a corto plazo es ahora modular farmacológicamente los niveles de Klotho, incluso inducir la hormona por métodos epigenéticos. «Si se recuperan los niveles de Klotho también se recupera el terreno perdido, se supera la inflamación y la función renal», explica Larrea.

El responsable de inmunología del HUCA añade que la investigación proseguirá. El estudio identificó además las sustancias inflamatorias que más contribuyen al descenso de Klotho.