Oviedo, Eduardo GARCÍA

La construcción del edificio de investigación biomédica, junto al nuevo HUCA en terrenos de La Cadellada, se hace urgente y es un proyecto inaplazable. Lo dice el director del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA), Carlos Suárez, al hilo de la polémica suscitada la pasada semana con la elección de los veintidós centros finalistas, ninguno asturiano, del millonario programa de ayudas «Severo Ochoa» promovido por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

«El edificio está decidido, hay solar y planos. Todo está sobre el papel y sólo falta que se haga», señala Suárez. Pero ese edificio, que los investigadores creen fundamental para complementar el buen nivel científico de la región y poder acceder a ayudas como las «Severo Ochoa», está en el limbo. La primera noticia al respecto tuvo lugar en el pasado mes de diciembre cuando el Principado anunció el aplazamiento. Fue la mala noticia de una jornada positiva con la incorporación a la que será Fundación de Investigación e Innovación Sanitaria (FINBA) de las empresas Cajastur, Ilas, Alimerka y TSK y de la Universidad de Oviedo. «No sacralizamos edificios», dijo entonces el consejero de Salud, Ramón Quirós. Pero cada día se hace más necesario.

«El centro de investigación es una necesidad imperiosa, clamamos por él», afirma el director del IUOPA, un organismo de primera fila investigadora que está destinado a integrarse en esa Fundación que cuenta ya con casi todos los mimbres, pero que se hace de rogar.

La Universidad también espera. El vicerrector de Investigación, Santiago García Granda, espera que el cambio político no retrase aún más los planes de construcción de la sede, planes que no guardan relación con los retrasos en la construcción del HUCA. El nuevo Hospital podría estar en funcionamiento en el verano próximo, aunque la obra civil está prácticamente terminada.

Cuando se conocieron las condiciones para acceder al programa «Severo Ochoa» (diez centros de excelencia, elegidos entre los mejores de España, que cobrarán cuatro millones de euros por un programa a cuatro años), se especuló con la opción del IUOPA, el instituto donde trabaja, entre otros, el bioquímico Carlos López Otín.

Pero esta Asturias nunca deja de sorprender del todo. El propio Carlos Suárez recordaba ayer en LA NUEVA ESPAÑA que «el IUOPA no tiene personalidad jurídica propia para hacer la solicitud, ni tampoco es estrictamente un centro con sede propia, gerencia y dirección científica, sino un centro virtual con laboratorios y áreas comunes diseminadas en tres edificios distintos». Estamos hablando de condiciones que el Ministerio de Cristina Garmendia pedía a los solicitantes. Por tanto, mal podría haberse presentado el IUOPA, aunque tuviera en sus filas a una docena de premios Nobel.

Agruparse en torno a la investigación. En ello coinciden todos, desde el rector de la Universidad de Oviedo, «como compensación a nuestra falta de masa crítica», al director del IUOPA, que asegura que «el contar con un edificio facilita la acreditación científica del centro», y de hecho todas las entidades finalistas en la lucha por el programa «Severo Ochoa» cuentan con uno: «El continente influye, y muchísimo».

Tener en activo el anhelado edificio de investigación biomédica en terrenos anexos al futuro HUCA no implica que todos los grupos que trabajan en ese sector científico acaben agrupados en él. Ni mucho menos. El edificio sí albergaría la parte administrativa de apoyo y gestión de proyectos. La FINBA, por su parte, sería el paraguas que va a dar cobertura jurídica a una forma de investigación diferenciada y que se pretende que sea de excelencia. La Fundación tendría capacidad para nombrar director científico y gerente, para captar fondos privados y, por supuesto, para gestionar los fondos propios.

Va ya para dos años (fue en noviembre de 2009) cuando el Gobierno regional y la Universidad de Oviedo suscribieron el convenio de creación del Centro Mixto Integrado para la Investigación Biomédica. La idea venía rondando en los despachos y en los medios de comunicación desde hacía al menos tres años. ¿Qué va a pasar con la sede? ¿Va a haber un nuevo calendario? ¿O un cambio de planes? Son preguntas que tienen que contestar quienes hace tan sólo unos días se han puesto a gobernar en Asturias.