Durante los nueve años de Alberto Aza al frente del organismo responsable de la organización del trabajo y la actividad de la Jefatura del Estado, las tareas de la Corona han evolucionado conforme variaban las distintas necesidades sociales y económicas de los españoles, mientras la propia Familia Real experimentaba cambios.

Los más importantes llegaron a raíz del enlace matrimonial del Príncipe y doña Letizia, desde el que ambos han intensificado y ampliado su agenda de trabajo, comprometidos con los esfuerzos frente a la crisis. El heredero de la Corona ha puesto de relieve su idoneidad para ejercer sus futuras obligaciones, con una familia estable y una garantía de continuidad institucional asegurada.

Al margen de la actividad oficial, dentro y fuera de España, desplegada por los distintos miembros de la Familia Real, los medios informativos han seguido en estos últimos años las novedades referentes a la salud de don Juan Carlos, sobre todo a partir de la intervención quirúrgica en un pulmón a que se sometió en mayo del año pasado y de la reciente operación en la rodilla derecha.

El momento elegido para comunicar el relevo en la Casa del Rey coincide con el final de una semana en la que la Familia Real al completo, incluidos los ocho nietos de los Reyes, se ha reunido en Mallorca en torno a don Juan Carlos con ocasión de la 30.ª Copa del Rey de vela y en la que -salvo una inoportuna tendinitis- se ha podido constatar casi a diario la recuperación del jefe del Estado.

A falta de conocer el nombre de quién ejercerá -previsiblemente también desde octubre- la secretaría general, el regreso de Spottorno afianza el esquema de que los responsables de la Casa del Rey sean profesionales de la diplomacia, como ocurre desde 1993, primero con el equipo formado por Fernando Almansa y el propio Rafael Spottorno y actualmente con el tándem Alberto Aza-Ricardo Díez-Hochleitner.