La mejor forma de conocer el carisma de Steve Jobs es ver alguno de los múltiples vídeos suyos disponibles en internet. En concreto, el más destacado puede ser el discurso de graduación que impartió en 2005 para la Universidad de Stanford. En ese discurso Steve Jobs relata tres historias de su vida de las que se pueden sacar lecciones fundamentales y que permiten conocerlo un poco mejor.

La primera es la decisión de fundar una empresa apartándose del camino marcado y acudiendo a los cursos de la Universidad que más le interesaban, siguiendo su propia intuición y curiosidad, y cuyas enseñanzas incorporó en la tipografía del ordenador Apple Macintosh.

La segunda es el momento en el que fue despedido de Apple, la empresa que él mismo había fundado, y tuvo que empezar de nuevo. Según él, esa situación lo obligó a cambiar el peso del éxito por la ligereza del principiante, entrando en lo que él considera su período más creativo. Fundó la compañía informática Next y la compañía de animación Pixar, que realizan «Toy story». Para Steve Jobs, lo importante es amar lo que uno hace, y si no se encuentra, seguir buscando lo que uno quiere hacer.

La tercera historia es sobre la muerte, en concreto, habla del diagnóstico de cáncer de páncreas que le hizo verla muy de cerca y de la importancia de vivir cada día pensando si realmente uno va a hacer lo que quiere hacer. Como dice él, recordar que uno va a morir pronto es la mejor herramienta para tomar las grandes decisiones de la vida.

Las tres historias muestran la personalidad de un líder nato, que ha seguido su intuición y su curiosidad en todo momento, con un gran amor por lo que hace y sin miedo a tomar decisiones arriesgadas. La compañía que fundó, Apple, es un reflejo de ese carácter, que ha marcado una línea a seguir, probablemente gracias a la intuición de su líder, arriesgándose en numerosas ocasiones y apostando por unos productos que, aunque no siempre son pioneros, casi siempre rompen el mercado gracias a un estilo y a una calidad superiores a los de sus competidores.

Ese temperamento puede también tener su cara amarga. Existen numerosas anécdotas en las que Steve Jobs aparece como una persona terca y arrogante. Un empleado de Apple indica que en las reuniones «Steve siempre es el chico más listo de la habitación y, además, lo sabe». La personalidad de Steve impregna muchas de las decisiones de Apple, por ejemplo, la arrogancia se puede ver cuando se afirma: «En Apple siempre se hacen los mejores productos del mundo y, además, lo saben». O cuando aseguran que contratan solamente a los mejores talentos, un 30 por ciento por encima de la media. Steve Jobs es considerado como un director centrado en el desarrollo de productos, muy perfeccionista, y que se guía principalmente de su propia intuición.

Este exceso de personalismo en la dirección de Apple hace que incluso las acciones de la compañía dependan de si él está tomando las riendas o delega en otra persona. En estos momentos, una vez confirmado que Steve Jobs deja el mando, ¿seguirá Apple teniendo la misma personalidad?