Gijón, J. L. ARGÜELLES

El Festival Internacional de Cine de Gijón quiere reinventarse este año una vez más, según aseguró ayer el director del certamen, José Luis Cienfuegos, en la presentación del avance del programa de la cuadragésimo novena edición, que se celebrará entre el 18 y el 26 de noviembre próximos. Y quiere hacerlo desde la austeridad a la que obliga el presupuesto de 858.000 euros (55.000 euros menos que el año pasado) y con el objeto de formar un espectador «con más criterio» frente a una pertinaz amenaza: «un medio audiovisual más agresivo», en palabras de su principal responsable.

Foro Asturias, que gobierna Gijón en minoría desde las últimas elecciones, quiere mantener en la programación cultural de la ciudad un festival que, pese a su envenenada fama de «moderno», está consolidado como uno de los certámenes españoles de referencia para el cine internacional que apuesta por un nuevo lenguaje. Su éxito es evidente: veinte mil personas pasan por taquilla para ver las películas de la sección oficial. «Y no son todos gafapastas», ironizó Cienfuegos, en referencia a quien caricaturiza el certamen como una pasarela de posmodernos con pose intelectual.

Lo cierto es que con casi medio siglo de historia, Cienfuegos le dio la vuelta al calcetín del viejo Festival de Cine de la Infancia para poner Gijón en los circuitos más exigentes. Y sin falta de alfombras a la entrada del teatro Jovellanos o de pagar un pastón a estrellas cundidas por el bótox. «El protagonista es el cine y hemos dejado atrás las etiquetas reduccionistas», explicó el protagonista de una rueda de prensa en la que intervinieron, también, el concejal de Cultura de Gijón, Carlos Rubiera, y el director de la Obra Social de Cajastur, José Vega. La entidad bancaria contribuye con 150.000 euros.

«La clave está en el trabajo y el criterio», subrayó Cienfuegos, que adelantó algunas de las novedades de esta próxima edición, confirmado el compromiso y el apoyo del gobierno de Carmen Moriyón. Habrá que ver cómo se concreta ese respaldo el próximo año: una fecha importante, cuando el certamen cumpla el medio siglo. Foro ha mantenido la partida de 858.000 euros consignada en el presupuesto municipal de 2011, aprobado por el anterior equipo que presidió Paz Fernández Felgueroso (POSE-IU-LV). Rubiera quiso dejar claro que el recorte económico (los 55.000 euros) fue decisión de la izquierda.

Para los encargados de la programación, el festival mantiene en su última propuesta «su carácter sólido en lo fílmico», y, además, «sin dejar de rastrear nuevos talentos». La sección oficial, en la que competirán dieciséis filmes, con fuerte presencia estadounidense y francesa, reúne nombres conocidos del certamen junto a otros de evidente proyección y talento. «Hay rigor y entretenimiento», defendió Cienfuegos. Veremos; ahora sólo podemos adelantar algunos de los títulos ya confirmados.

Jeff Nichols (EE UU, 1978), conquistador del festival de Sundance y con dos premios en Cannes, presenta «Take Shelter», definida como un «thriller» psicológico. La multidisciplinar (y adorada por los jóvenes) Miranda July (EE UU, 1974), ofrece «The Future», elogiada en Sundance y Berlín. Joshua Marston (EE UU, 1968) llega con su segundo largometraje, «The Forgiveness of Blood», premiada en la última Berlinale.

Quien vuelve a Gijón es Jonathan Caoutte (Estados Unidos, 1973). Y lo hace con otro filme psicodélico, según las notas del festival. Se trata de «Walk Away Renée». También repite el belga Bouli Lanners (1965), una celebridad en su país, y Francia ofrece «Les géants». Nicolás Klotz es otro conocido del público gijonés. El cineasta francés trae ahora «Les amants». Bruno Dumont (Francia, 1958), al que el certamen ya dedicó una retrospectiva, compite este año con el drama «Outside Satan». Francia, ampliamente representada en esta edición, contribuye con otra joven (nació en 1981) y premiada realizadora, Mia Hansen-Love, que trae «Un amour de jeunesse». Ruben Ostlud (Suecia, 1974) está considerado como el nuevo «enfant terrible» del cine sueco. Ofrece «Play». «El estudiante», del argentino Santiago Mitre (1980), es, por el momento la embajada del cine latinoamericano. El festival dedica sendos ciclos a Bernard Bonello y a Marie Losier, además de mantener «Rellumes», el premio «Día d'Asturies», «Puentes» i el ciclo «Géneros mutantes».