Querido y admirado arquitecto: Hace unos días, se publicó en la prensa la confirmación del canibalismo entre los neandertales, otra raza humana que cohabitó con nosotros, también en Asturias. Debo informarte que tal práctica ha pervivido en nuestra región. Es, actualmente, en las clases política y artística donde más ejemplos se testifican. Siento disgustar tu senectud si te digo que el Centro Cultural que lleva tu nombre aquí está dando muestras confirmatorias de tal ancestral costumbre.

La antropofagia, secularmente normal en estos pagos, fue la razón por la que, hace años, me autoexilié de tanta mezquindad provinciana, de tanta endogamia, de tanto cainismo, de esa envida envolvente que presagia la nada? la historia interminable, sabes, y por eso volé y vuelo fuera de aquí; porque vivo en el mayor escepticismo, ya que el ser humano (político) siempre acabó por decepcionarme, aunque soy lento en ver a Mr. Hyde. Me repugnan y asquean el silencio de los corderos y las mareas humanas dirigidas, porque lo que más me destierra es la decepción y la corrupción moral. Dentro de otros miles de años, alguien desenterrará en la cueva de Niemeyer (Sidrón 2) nuevas pruebas de este canibalismo autóctono.

Tu complejo avilesino se ha convertido en un gigantesco búnker, en una especie de nueva república de Saló donde los perdedores electorales autonómicos se atrincheran contra la marcha de la Historia. No entenderé nunca esto en un partido de izquierdas, que se supone honrado y que admite la democracia parlamentaria.

He aquí el gigante cambalache, que diría Discépolo:

1) La Fundación nombró presidente de honor al anterior presidente del Principado, Y éste lo aceptó. Parece impúdico el acto de auto designarse para la perpetuación. Tic a lo Gran Timonel. Aun así, siempre hay tiempo para una salida de honor: la dimisión. Es obvio que la Fundación necesita un presidente de honor de gran prestigio internacional.

2) La Fundación, entonces regida por el Partido Socialista, sabedor de la segura derrota electoral, dio un golpe de mano filibustero y hurtó alevosamente la presidencia a su titular, la Consejería de Cultura en representación del Gobierno. La Consejera, a los dictados de su partido, se inmoló y traspasó la presidencia a un privado salido de una chistera, que también debería demostrar su honor dimitiendo, devolviendo el bien a su legítimo dueño.

3) La alcaldesa de Avilés se escandaliza de que se dé luz pública a diversas facturas de la gestión realizada. Asombra que la representante de un partido de izquierdas se indigne por la transparencia, hurtando, otra vez, al pueblo llano, el conocimiento de estos gastos en tiempos de cólera, digo, de crisis. Fue la aristocracia la que escondía sus vicios y riquezas tras las verjas de los palacios. El Palacio de Invierno ya cayó tiempo ha, alcaldesa.

4) El director, nombrado por los anteriores administradores, se atrinchera y dinamita, y tampoco ejercita la saludable conducta de dimitir o de ofrecer su confirmación, ni siquiera cuando las señales del nuevo y legítimo Gobierno le llegan inequívocas con la crítica a su gestión. ¿Por qué? ¿Habrá recibido un mandato divino para custodiar el Arca? Según los medios, el director exhibe, como un Merlín maravilloso, su agenda. Cosa simpática ésta, ya que pienso que será fundamentalmente la agenda de la Fundación Príncipe de Asturias, de la que fue empleado.

5) Y para completar este cuadro de las Bodas de Camacho, el partido de la derecha se alía en un salto en el vacío (donde dije Diego, digo digo) con la izquierda nominal, en un pacto más de la defensa de las prebendas mutuas, sin saberse mero comparsa. La perpetuación de la corrupción.

6) Y por ende, todos los mencionados movilizan para sus intereses, aquí y allá, militantes y avilesinos asustados con la amenaza del cierre, falacia donde la hubiere. Los avilesinos todos, y los asturianos, lo que quieren saber son los gastos, que se cumpla el ciclo democrático y tener a mano, en la ría, cultura seria para hoy y mañana.

Todos sabemos que Hollywood está en el Pacífico y que aquí, después de «Bienvenido, míster Marshall», estamos advertidos. Ahora resulta que, Universidad inglesa (?) de por medio (¿por qué no de Sidney?), vamos a descubrir que el Niemeyer es la nueva Ensidesa del XXI, cuando ya lo había descubierto antes la empresa remunerada para esto o hay que hacer un nuevo encargo-gasto. Alcaldesa y director: ¿es que el Niemeyer sólo puede pervivir en sus manos?

Pero, mi admirado arquitecto, hay una nota positiva, sólo tu partido, el comunista, mantiene un cierto equilibrio ante tanta atrocidad y, gracias a él, se salva, por ahora, la propiedad pública de la construcción. Esperemos que no deje de salvarse, porque, a todo trance, está reclamada por aquellos que, como diría mi güela, quieren el perru, el collar y la cadena.

Y para terminar, unas palabras sobre el actual consejero de Cultura. Aclarando, el Consejero y yo, sólo somos meros conocidos, ninguna amistad nos une; mantuvimos coetaneidad, cuando yo dirigía el Palacio Revillagigedo y la Obra Social y Cultural de Cajastur y él, el hermoso, cuidado y exquisito Museo de Bellas Artes. Cruzamos, en aquellos años, muy pocas palabras o ninguna. Estoy seguro de que no compartíamos los mismos gustos estéticos y con frecuencia defendíamos intereses diferentes. Pero creo que nos respetábamos porque respirábamos la misma pasión por el arte y la cultura. Siendo director del Museo, el hoy Consejero realizó una extraordinaria y muy larga labor profesional y defendió y mejoró su institución luchando con uñas y dientes; es un hecho. Por eso, a mi entender, cultural y artísticamente, está a años luz de todos, o casi, sus antecesores; si no repásese en la triste nómina de quienes estuvieron en esa Consejería y que en su mayoría nos (des)gobernaron culturalmente. Y, según pienso, también tiene un mayor bagaje cultural que todos los mencionados del Niemeyer.

El Consejero no ha dicho ninguna banalidad, el centro Niemeyer y la Fundación nacieron del Principado y en él tienen el principal valedor, el principal pagador y, por tanto, proporcionalmente, tienen que tener presidencia y representación ad hoc, algo que la algarabía dirigida no puede trastocar. Perogrullo dixit. Lo contrario es, cuando menos, absurdo e ilegítimo.

Hay que advertir d que el dinero del Principado no es del Gobierno, es de todos, de todos los asturianos, no sólo de los que más gritan, azuzados por mentiras de cierre. Es inmoral que se utilice al Consejero como ariete para dinamitar al Gobierno y para defender las canonjías. ¡Qué miedo hay a dimitir y presentar las cuentas! ¿Por qué?

Y por hablarte de la «programación», debo decir benignamente lo mismo que ha dicho el Consejero: que parece un mero espectáculo de alto coste. El Niemeyer no puede ser la sala de fiesta de los «famosos», que, aunque sin duda producen buenos espacios mediáticos, no son la cultura y el progreso que harían prosperar las mentes de avilesinos y asturianos. Más publicidad y a lo mejor más revulsivo económico producirían los «reality shows», y no por ello queremos «Acorralados» en el Niemeyer. No se hizo para eso, digo yo.

Sé de lo que hablo, sólo llevo unos cincuenta años en la gestión cultural, preocupado también por la incidencia económica y he dado ya la vuelta al mundo muchas veces viendo y mirando. Por eso me considero, querido arquitecto, tan joven como tú. Y estarán de acuerdo, la Alcaldesa y el director, que esnobistas, diletantes y derrochadores no nos llevan al progreso. El bien de Avilés es el de todos, no sólo el de funcionarios y políticos.

No será fácil programar el Niemeyer, eso es cierto, el espacio es difícil, pero no es imposible. Habrá que reconducirlo. La gala ha terminado. Hay que hacer luz a las cuentas y cuentos y, si hubiere cambios, ya verán los interesados cómo no son tan traumáticos. Hay que devolver al nuevo Gobierno sus derechos, ganados en las urnas y el Parlamento. Si no respetamos y defendemos eso, el 18 de Brumario está a la vuelta de la ría. La regeneración empezará por asumir las derrotas y hacerlas asumir. Consejero, yo no daría un paso atrás, ni aceptaría presiones artificiales (¿qué pasaría si Foro incita ahora a sus militantes a tomar también la explanada? ¿Es la confrontación lo que se busca?) Y las decisiones, rapiditas, Consejero, que bien sabrás lo que es el desgaste. Necesitamos calma ya. Recuerda que «Por un clavo se perdió el Reino».

Te tendré al tanto, admirado amigo arquitecto, de si Avilés vuelve a ser la Atenas de Asturias con un peregrinaje a lo Guggenheim Bilbao en la ría, que también da riqueza ¿o no?

Nota marginal: No es el Niemeyer un caso aislado? Cartas incómodas aparte se merecen la Laboral (Rosina fue más libre, querido Natalio, ¡Lo que hacen la edad y la falta de necesidad!) la «Semana negra» y la RTPA avaladas por él o los mismos.