Oviedo,

Julio Zarco, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), une a este cargo su condición de médico de familia en Alcalá de Henares y profesor en la Universidad Complutense. Conoce, por así decirlo, la teoría y la práctica de la medicina y se nota en la seguridad con la que habla de su profesión y de los problemas del Sistema Nacional de Salud. La sociedad que preside -el próximo año abandonará el cargo al cumplir dos mandatos- ha reunido en Oviedo a seis mil facultativos en el 33.º Congreso nacional que hoy se clausura en el Palacio de Congresos.

Empeñado en mejorar la competencia profesional, Zarco ha impulsado desde Semergen numerosos programas destinados a la formación y la investigación en todos los ámbitos de la atención primaria. Es autor, asimismo, del libro «La sombra del dolor», una aproximación del médico al paciente.

-En la apertura oficial del congreso, el pasado miércoles, fue muy crítico con la gestión política en el campo de la sanidad y no tuvo problema en decir que esperaba poco de los responsables sanitarios.

-Soy muy pesimista. Desgraciadamente en los últimos diez años hemos tratado de que existiera una reorientación del sistema, hemos reclamado un estudio de necesidades reales, un cambio en el modelo de la retribución de los profesionales, mejor atención al paciente crónico que, debido al envejecimiento y al peso de determinadas patologías, supone el 80 por ciento del gasto sanitario, y no ha habido prácticamente ningún cambio. Llevamos en el mismo punto no ya desde hace diez años, yo diría que desde hace veinte. No existe voluntad política de cambio porque lo que necesita la sanidad pública es un gran pacto de Estado de los dos grandes partidos y eso sí sería una garantía para los próximos quince o veinte años.

-El Ministerio de Sanidad apenas tiene competencias, ahora son las autonomías las que deciden.

--En los últimos años en el Ministerio ha habido cuatro ministros, un baile importante, y nos les ha dado tiempo de ejecutar ningún programa para mejorar el primer nivel. Pero los políticos no son los únicos culpables. Nosotros tampoco hemos hecho los deberes. Los sindicatos porque son incapaces de ofrecer un discurso coherente con la realidad del siglo XXI y se pierden en reivindicaciones decimonónicas; las organizaciones profesionales porque son estructuras ancladas en el pasado que no se centran en lo fundamental, que es la defensa ética, deontológica y la búsqueda de la excelencia, y las sociedades científicas tampoco han sido capaces de responder al reto y construir un colectivo vertebrado. Somos un sector atomizado corresponsable de la situación.

-Siete de cada diez ciudadanos españoles creen que el Gobierno español debe volver a gestionar la sanidad pública, según un estudio del Consejo General de Enfermería. ¿Qué opina?

-Siempre he pensado, a título personal, que sería necesario volver a centralizar alguna competencia. La salud pública no puede descentralizarse y los medicamentos tampoco. Si dependiera de mí volvería a centralizar competencias en sanidad y educación que, además, sería una manera de garantizar la equidad.

-Si mañana pudiera decidir una única medida para mejorar la atención primaria, ¿qué propondría?

-No pensaría sólo en la atención primaria, haría una reflexión sobre el Sistema Nacional de Salud que consistiría en elaborar un estudio en profundidad de la ley general de Sanidad de 1986 que lo regula y, a partir de ahí, tomaría decisiones, la primera de ellas promover un pacto de Estado que genere un marco estable y permita un análisis del sistema. El resto de medidas las hemos ido enumerando en estos días de congreso, una única historia clínica electrónica para la atención primaria y especializada y para todo el territorio nacional, y conocer cuántos profesionales sanitarios tenemos en España.