Oviedo, Eduardo GARCÍA

Unas voces de altísimo nivel, desde los protagonistas al coro; una obra que no pierde frescura y una escenografía con alguna excentricidad innecesaria. La ópera «La flauta mágica», de Mozart, tercer título de la temporada de Oviedo, pasó el examen con nota a juicio de los cuatro tertulianos reunidos ayer por LA NUEVA ESPAÑA: Alicia Laspra, profesora de Filología Inglesa de la Universidad de Oviedo; Alain Fernández, director del teatro Prendes, de Candás; Javier Llano, arquitecto, y Ana Cristina Tolivar, profesora y cantante lírica.

ANA CRISTINA TOLIVAR: Fue una representación de gran calidad. Escénicamente le tenía un poco de miedo, pero me convenció. Es una obra muy lúdica, todo un canto a la redención por el amor.

JAVIER LLANO: Yo no soy un experto, pero el primer acto de la obra me defraudó un poquito. A medida que iba transcurriendo, la función me gustaba más y más.

ALICIA LASPRA: Es verdad que hubo momentos del primer acto en que aquello parecía un ensayo, pero la calidad vocal fue magnífica. El coro, estupendo.

JAVIER LLANO: A mí hubo cosas de la escenografía que me costó entender, esa mezcla entre lo clásico y lo actual. Los paraguas, por ejemplo.

ALICIA LASPRA: El recurso de los paraguas no me convenció. Esa presencia permanente de lo masónico tendrá un sentido, pero a veces confunde. Había demasiada negrura en el escenario.

ALAIN FERNÁNDEZ: La obra va in crescendo. La escenografía me gustó porque con pocos cambios logra su objetivo. Las tres puertas, el sol y la luna, los guiños a Peter Pan. Me pareció buenísimo el personaje de Papageno.

JAVIER LLANO: No es el protagonista, pero hace que todos los demás personajes funcionen.

ANA CRISTINA TOLIVAR: Sí, se va adueñando de la escena y se convierte en protagonista. Por cierto, su pronunciación alemana es impecable.

ALICIA LASPRA: La calidad vocal fue magnífica, pero a veces es difícil ponerse en situación cuando uno de los protagonistas va en pantalones vaqueros y la otra va vestida de reinona.

ANA CRISTINA TOLIVAR: Confieso que iba con prevención porque las mezclas son arriesgadas. Lo atemporal, por sistema, se hace tedioso, y no siempre está justificado. Y sin embargo hubo encadenamiento, la obra fluyó.

ALAIN FERNÁNDEZ: La fluidez se percibió más en el segundo acto que en el primero.

ALICIA LASPRA: Hubo cosas excéntricas e innecesarias.

JAVIER LLANO: Es la mezcla entre lo real y lo irreal, entre lo antiguo y lo actual... Era mi primera «Flauta mágica» y me dejó un buen sabor de boca.

ALICIA LASPRA: Y a mí.

ANA CRISTINA TOLIVAR: Todo lo que requiere un gran trabajo por parte del receptor es un problema del emisor. Uno no va a la ópera a romperse la cabeza, va a divertirse.

ALICIA LASPRA: Y si tienes que estar pensando qué quiere decir el director de escena...

ANA CRISTINA TOLIVAR: Tampoco es cuestión de volver al cartón piedra, pero a veces tienes la sensación de que hay fórmulas muy gastadas.

JAVIER LLANO: Está todo visto, todo inventado.

ALICIA LASPRA: Antes se gastaba mucho del presupuesto en los cantantes, y ahora se invierte más en la escena. Pero es que los cantantes de «La flauta mágica» son muy buenos.

ANA CRISTINA TOLIVAR: Los protagonistas han estado técnicamente perfectos, insuperables.

ALAIN FERNÁNDEZ: Y el coro rellenó de manera maravillosa.

JAVIER LLANO: Íride Martínez, en el papel de la Reina de la Noche, me encantó.

ANA CRISTINA TOLIVAR: No es una voz brillante, pero tiene control técnico y carácter.

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