Oviedo, Eduardo GARCÍA

Ocho de cada diez asturianos afectados por la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) no lo saben. Cuando lo sepan será demasiado tarde. Tos, expectoración, fatiga y circunstancialmente pérdida de peso o manifestaciones de ansiedad o depresión son, en muchas ocasiones, achacadas a la edad. La edad influye pero el «enemigo» es otro. Nada menos que una enfermedad que en el año 2030 será, según la OMS, la tercera causa de muerte en el mundo.

La neumóloga Teresa Bazús González es neumóloga del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y presidenta de la Sociedad Asturiana de Patología Respiratoria (ASTURPAR). Mañana es el «Día mundial de la EPOC», una enfermedad que tiene un gran aliado: el tabaquismo. Un 11% de los fumadores llegarán a sufrir EPOC, según explica Teresa Bazús:

«La enfermedad se da sobre todo en personas que han fumado por encima de los diez o quince años. El problema es que es una enfermedad larvada y silenciosa que va destruyendo poco a poco el pulmón. Tienen síntomas, sí, pero piensan que es por culpa de la edad y no acuden al médico. Cuanto más avanzada esté la enfermedad, peor pronóstico tiene».

Bazús pone en guardia: «cuando hay tos y expectoración al menos tres meses al año durante dos años consecutivos, lo mejor es acudir a una consulta». Y si el posible paciente fuma, con más razón.

Es una enfermedad más masculina que femenina, pero sólo por el momento. «Cada vez vemos a más mujeres, que son las fumadoras que comenzaron con el hábito hace veinte años».

El tabaco no es el único «culpable». Algunos pacientes tienen un déficit de Alfa 1-Antitripsina, una sustancia de nuestros pulmones que los protegen de agresiones. La EPOC también está relacionada con algunos ambientes laborales, como la mina, o con la exposición prolongada a combustibles fósiles.

El mejor tratamiento es dejar el tabaco para aquellos que fumen. «Para muchas personas es duro» -dice la presidenta de ASTURPAR- «porque a ciertas edades algunos pacientes alegan que el tabaco es uno de los pocos placeres que les quedan, pero están poniendo en peligro su vida». Asturias llegó a ser la segunda región española en número relativo de fumadores. Las consecuencias, para esta enfermedad y para otras, se reflejan en las estadísticas.

La medicación es, además, ineficaz si el enfermo sigue fumando. El tratamiento se centra en inhaladores para dilatar y desinflamar los bronquios, «hacer, en definitiva, que no trabajen a presión».

La prueba para saber si hay EPOC es muy sencilla, la clásica espirometría que se hace en cualquier chequeo médico