Gijón, J. L. ARGÜELLES

Destreza, habilidad. Ese es el significado de la palabra hebrea «mayumanut», que ha dado nombre a un grupo heterogéneo, transfronterizo, al que se rindió el resabiado Broadway por la singular fusión artística y tecnológica que despliega en «Momentum». Hablamos de «Mayumaná» y de un espectáculo que sube hoy el telón en el Jovellanos, con siete funciones hasta el próximo domingo, y del que los gijoneses disfrutaron ayer de un sonoro y trepidante anticipo frente a las puertas mismas del teatro del paseo de Begoña.

«Ofrecemos mucha energía y mucho humor», explicó Silvia Garcías, bailarina y coordinadora de la gira «Momentum 2.0», donde el tiempo, la mudanza de las cosas, es el pretexto para fusionar música (del rock a la samba ), danza (del break dance a la capoeira), teatro, humor y muchas otras cosas en un espectáculo total que ha recibido los mejores elogios en numerosos países. «Nuestros artistas son completos: cantan, bailan, tocan algún instrumento... Y todo ello con videoproyecciones, nuevas tecnologías, sonidos electrónicos o percusiones muy actuales en una producción propia», añadió la artista.

El medio millar de espectadores que siguió ayer el adelanto de «Mayumaná» recompensó con aplausos al grupo, que está punto de celebrar sus quince años de existencia. Debutaron en España hace una década y visitaron Gijón hace siete años. Guardan buen recuerdo de aquella cita: «Es un público muy cálido», subrayó Silvia Garcías. El reencuentro se produjo a esa hora ritual (por el vermú, claro) de un día festivo (trigésimo tercer aniversario de la Constitución) en el que diciembre no se mostró del todo desabrido, por fortuna.

Lo cierto es que el Jovellanos tiene vendido buena parte del papel para estas siete funciones con las que «Mayumaná» tomará el largo puente festivo. La gira del espectáculo, una revisión de su celebrado «Momentum», comenzó en 2008 y está a punto de cerrarse, por lo que es una de las últimas ocasiones de ver a unos artistas que logran, según ha acertado a resumir buena parte de la crítica, la comunión con el público. Por lo que se pudo ver en la incursión a pie de calle de la compañía, la contundente y expresiva fuerza rítmica defraudará a pocos: «Esto no es nada para lo que os espera en el teatro». Vaya, que mejor ver el espectáculo.