Gijón, J. M. C.

El museo que alberga la memoria pictórica de Nicanor Piñole, en la gijonesa plaza de Europa, es el recinto en el que Miguel Galano (Tapia de Casariego, 1956), muestra en la ciudad de Asturias más volcada con las artes plásticas su obra tal vez más austera y, a la vez, poética. La «sutil poética de lo mínimo», como ayer la definió Rubén Suárez, crítico de LA NUEVA ESPAÑA, durante la presentación de una exposición que estará abierta al público hasta el próximo día 26 de febrero y que lleva por título «Dibujos de línea».

Y es que son eso, trazos limpios, realizados con la precisión que otorgan el lápiz y la regla sobre el papel, con los que Miguel Galano, siempre en palabras de Rubén Suárez, «expresa la idea de la forma» con una «pasmosa economía de medios». Obras exquisitamente leves pero que, con la atención, trasladan al espectador a los tiempos y los paisajes del occidente asturiano, casi teñidos por la saudade galaico-lusitana.

En la presentación de su exposición acompañaron al artista tapiego, además de Rubén Suárez, que es el autor del texto del catálogo, Xosé Nel Riesgo Fernández, director de la Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular de Gijón, y Lucía Peláez Tremols, directora del Museo Casa Natal de Jovellanos y del Museo Nicanor Piñole. La exposición está organizada, además de por el Museo Nicanor Piñole y la Fundación Municipal de Cultura, por el Complejo Cultural As Quintas, A Caridá, en colaboración con el Gobierno del Principado de Asturias, el Ayuntamiento de El Franco y la Caja Rural de Asturias. Asimismo, del 27 al 29 de este mes y del 3 al 5 de enero, se desarrollarán talleres parra niños entre 4 y 10 años de edad tomando como base «Dibujos de línea». Información en www.gijon.es.