Madrid / Oviedo, Agencias / P. Á.

Unas 600.000 personas han dejado de fumar durante el primer año de vigencia de la nueva ley Antitabaco, que prohíbe fumar en lugares públicos cerrados, según estimaciones del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT). Esta entidad calcula que se han vendido 500 millones de cajetillas menos.

El CNPT reúne a más de cuarenta sociedades científicas y del sector sanitario. En un comunicado, manifiesta su satisfacción por los efectos de la ley, que entró en vigor el 2 de enero de este año. A pesar del impacto de la norma en el consumo, más del 25 por ciento de los españoles siguen siendo fumadores, mientras que en otros países como Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Suecia la tasa está por debajo del 15 por ciento.

Según los datos «provisionales» del CNPT, los ingresos hospitalarios por infarto agudo de miocardio se han reducido en un 10 por ciento y por asma infantil, en un 15 por ciento. Además, la contaminación en el interior de los locales por partículas finas del humo del tabaco ha descendido un 90 por ciento.

El comité pone de relieve que la ley no ha tenido efectos negativos en la asistencia a bares y restaurantes ni en el turismo, que ha aumentado un 7 por ciento en 2011. La nueva legislación «ha sido aceptada con naturalidad por los españoles, como demuestra un cumplimiento muy alto, salvo incidentes puntuales», según el CNPT, cuyos responsables confían en que «estos buenos motivos» sean suficientes para que «se siga avanzando en las medidas de prevención y control del tabaquismo».

En Asturias, el pasado mes de mayo, la Sociedad Asturiana de Medicina de Familia y Comunitaria (SAMFYC) presentó una encuesta según la cual desde enero más de un tercio de los fumadores (en concreto, un 34 por ciento) había hecho un intento para dejarlo, lo que suponía un incremento de más de 4 puntos con respecto al mismo período de 2010 y de casi 10 puntos con relación a 2009.

Según el citado sondeo, el 74 por ciento de los ciudadanos de la región se manifestaba partidario de la ley que prohíbe fumar en espacios públicos cerrados y afirmaba que no había dejado de acudir a ellos. El 11 por ciento declaraba que acudía más que antes, y un 14,8 por ciento afirmaba que los frecuentaba menos. La encuesta ponía de manifiesto que un 54 por ciento de los asturianos consideraba que si el tratamiento con medicamentos estuviera financiado ayudaría a más personas a dejarlo.

A finales del año pasado, el por entonces consejero de Salud del Principado, Ramón Quirós, afirmó que la aspiración de su departamento era que, en virtud de las nuevas restricciones al consumo de tabaco, en los años sucesivos dejara de fumar uno de cada tres asturianos que lo hacían entonces.

A juicio de Quirós, no era descabellado confiar en que «a medio plazo» la tasa de fumadores de la región, situada en aquel momento en torno al 30 por ciento, se redujera hasta el 20 por ciento, cifra que registran «los países con más tradición en ese tipo de restricciones al consumo». Traducido a números absolutos y redondos, esta predicción implicaría que el volumen de fumadores en Asturias bajase de 300.000 a 200.000.

Decálogo

El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) ha elaborado un decálogo en el que subraya los beneficios de la ley Antitabaco.

Destaca que la ley está «funcionando» y que su impacto en un menor consumo es «evidente». Subraya que está aceptada y es ejemplar para otros países. Pone de relieve que «la contaminación en el interior de los locales por las partículas finas del humo del tabaco en el aire ha descendido un 90%». Y enfatiza que se han producido menos ingresos en los hospitales y, en consecuencia, se han reducido los costes sanitario y social.