Oviedo, E. G.

Los organismos públicos de investigación (OPI) se llevan la mayor parte de los presupuestos del sector, pero en los últimos tres años también les han afectado en más medida los «tijeretazos». De todos los centros investigadores de los OPI, casi un 75 por ciento pertenecen al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Los centros del CSIC se nutren de dos grandes vías de financiación: los Presupuestos Generales del Estado y los contratos y programas, muchos de ellos provenientes de la Unión Europea. Los contratos dependen de la competitividad, pero el dinero estatal, no tanto.

En 2008 se había llegado a una cifra inédita y redonda: 600 millones de euros en ese apartado que llega directamente del Presupuesto público. Pequeña rebaja en el año 2009, «tijeretazo» a conciencia en 2010 (480 millones de euros), más tijera en 2011 (420 millones) y todos puestos a temblar para este año recién comenzado.

La ciencia y la investigación españolas van a sufrir un recorte, ya anunciado oficialmente, de unos 600 millones de euros. Se sabe el cuánto, pero no se sabe el cómo, ni el dónde ni a quién.

Cayetano López, el director general del CIEMAT, el segundo gran OPI español, tras el gigantesco conglomerado del CSIC, encendía hace días la luz roja: estamos en el límite, cualquier rebaja presupuestaria puede ser fatal.

Su interlocutora es desde esta semana la secretaria de Estado de investigación, Carmen Vela.