Un concepto nuevo de alimentación acapara la atención tanto de los especialistas en nutrición preocupados por la necesidad de restablecer un equilibrio nutricional fruto de los malos hábitos alimenticios, como de las personas interesadas en seguir una dieta que les ayude a mantener el peso a largo plazo. Se denomina ritmonutrición y determina qué momento del día es el más adecuado para ingerir un tipo de alimento u otro. Su objetivo es ayudar a regular el apetito y como consecuencia el peso para frenar la obesidad y evitar la ansiedad por los alimentos. Está basado en los ritmos biológicos del organismo, que se dividen en dos fases: de 5 de la mañana a 5 de la tarde, cuando las células generan la energía necesaria para poder llevar a cabo las tareas diarias, y de las 17 horas a las 5 de la mañana, tiempo en el que centran su actividad en la reparación y regeneración para poder afrontar un nuevo día.

Según este concepto, por la mañana, cuando el organismo tiene un mayor desgaste físico e intelectual y sintetiza catecolaminas, dopamina y noradrenalina (neurotransmisores), ha de ingerir alimentos ricos en tirosina (un aminoácido), como huevos, carne roja o embutidos. En cambio, por la tarde-noche, tiempo de descanso y de la formación de la serotonina (hormona de la felicidad) y de la melatonina (hormona del sueño) es conveniente tomar alimentos con triptófano (un aminoácido), como cacao, huevos, leche, pavo, garbanzos, pipas de calabaza, plátano o nueces, señala la doctora Ana Azanza, especialista en dietética y medicina estética. A media tarde, las personas con falta de triptófano tienden a sentirse bajas anímicamente y con ganas de picar, de comer chocolate y dulces en general.

En esta franja horaria, situada entre la comida, la merienda y la cena, pueden competir entre sí los alimentos ricos en tirosina con los abundantes en triptófano. Es el momento de decantarse por los que tienen más contenido en carbohidratos: frutas, cacao, lácteos...

Siguiendo las pautas de la ritmonutrición, según la doctora Azanza, por la mañana, el desayuno podría estar integrado por: pan integral con aceite de oliva o mantequilla (evitar la margarina); jamón, pavo o queso y una bebida (la leche que sea vegetal). A media mañana, la especialista en dietética recomienda tomar un pincho o una manzana, mientras que la comida debería incluir legumbres, arroz, pasta, verduras, carne o pescado. En la merienda es el momento de tomar fruta, el dulce, la leche o el cacao negro (70%), mientras que para la cena se aconseja ingerir, pescado (sobre todo azul, que es rico en Omega 3) o marisco (rico en cinc).

Respetar los horarios de las comidas, dejar un tiempo prudencial entre las mismas y hacer cuatro o cinco al día (sin saltarse la merienda para no llegar hambriento a la cena, que ha de ser ligera) son otras de las propuestas de la ritmonutrición, un concepto que sincroniza con la naturaleza porque permite la producción de hormonas en el momento que le corresponde al tiempo que regula el apetito por la mañana, da fuerza por la tarde y serenidad por la noche, manifiesta Ana Azanza.