Valencia / Oviedo

Pilar G. DEL BURGO / E. G.

Los siete mil euros que «tacita a tacita» a través de las recaudaciones de huchas, meriendas, venta de camisetas, lotería y pulseras que ha recogido la impulsora del «proyecto Paula» de apoyo a la investigación contra la diabetes, Cristina Ponce, desde el pasado abril hasta ahora se van a destinar a contratar a una investigadora especializada en el estudio del páncreas que fue despedida a finales de noviembre en el ERE del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia.

Con la vuelta de Silvia Sanz al laboratorio de la doctora Deborah Burks, al que llegó en 2007, se plasma el primer sueño de una iniciativa que surgió del coraje de una madre que apoya la investigación médica con la conciencia de saber que es la única puerta que conducirá a un tratamiento definitivo contra la diabetes de su hija y de todos los afectados por tan traidora enfermedad.

Con la recaudación obtenida a través del «proyecto Paula», Silvia Sanz retoma su investigación sobre la regulación de la proliferación de las células beta pancreáticas que se encargan de sintetizar insulina, y cuyo objetivo es encontrar nuevas formas de regenerar el páncreas endocrino, que es una de las dianas terapéuticas más atractivas para la proliferación de células beta.

Cristina Ponce, la artífice del «proyecto Paula», ya acordó meses atrás con la gerencia del CIPF que ingresaría en la cuenta corriente de la institución todo el dinero que recaudara para destinarlo al fomento de la ciencia. Con ocho meses al frente de esta iniciativa, Cristina está plenamente convencida de que «la gente es muchísimo más buena y generosa de lo que se piensa».

La creadora del «proyecto Paula» disiente de los recortes que acaban de aplicarse a la ciencia (despido de 114 personas en el CIPF) y que, a su entender, ningún ciudadano debería consentir, «porque son los derechos básicos de la democracia que estamos tumbando».

Por su parte, la doctora Deborah Burks, directora del laboratorio de investigación de la diabetes del CIPF, declaró que la nueva contratación de Silvia Sanz es muy importante para su grupo, «porque representa la continuidad de la investigación de la línea de regeneración del páncreas». Su laboratorio perdió cuatro investigadores en el ERE.

La lucha con final feliz de la valenciana Cristina Ponce es el lado humano de la polémica sobre la ciencia en España. Anoche se había rebasado la frontera de las 90.000 personas que se adhirieron a la iniciativa en internet para incluir una casilla en la declaración de la renta para la ciencia.

En la carta que cada firmante envía al Gobierno de forma automática tras su adhesión se dice que, «dado que gozan de mayoría política sin precedentes, controlando las dos cámaras legislativas y la mayor parte de las comunidades autónomas, les solicitamos que inicien un procedimiento legal para incluir una casilla en la declaración de la renta que permita a los ciudadanos ofrecer el 0,7% de sus impuestos a invertir en I+D+i. Les pedimos que den la oportunidad a cada ciudadano para que done libremente un 0,7% de su declaración para investigación científica, correspondiente al porcentaje de libre asignación actual».

La adhesión se puede realizar en la página web Actuable.es y el flujo de firmas fue constante a lo largo de todo el día de ayer. La idea de llegar a las cien mil firmas se puede cumplir en las próximas horas. El Gobierno recortó para este año unos 600 millones de euros en el sector de la investigación.