Gijón, P. T.

José Luis Cienfuegos rompió ayer su silencio tras ser destituido como director del Festival Internacional de Cine de Gijón, y lo hizo a través de un comunicado en el que defendió su gestión -y la de su equipo- al frente de un evento que cuando accedió a su dirección, en 1995, «pasaba algo de los diez mil espectadores» y en su última edición superó los 75.000, «de los cuales 55.000 se contabilizaron en salas».

El ya ex director del certamen cinematográfico enumeró ayer unos resultados, referidos a la 49.ª edición, «indiscutiblemente favorables», con un aumento del 20% en los ingresos por taquilla, «reiterándose la línea ascendente del número de espectadores». Cienfuegos, cuyos allegados reconocen que se encuentra «profundamente dolido» por la forma en que fue destituido por el gobierno local, defendió un modelo de festival que «ha procurado a lo largo de estos años, por principio, estar atento y reflejar las últimas tendencias de cada momento. Hemos intentado actuar libres de prejuicios y siempre indiferentes a los ídolos de la tribu».

El destituido director, al que sucederá el cineasta Nacho Carballo, con quien ha mantenido durante los últimos años serias discrepancias, pasó ayer revista, en el comunicado remitido a los medios, a unos comienzos «de mucho esfuerzo, disgustos y enfrentamiento» a causa de la «arriesgada apuesta» por una línea de programación que suponía, en el fondo y en la forma, «un modelo inédito en nuestro país» que, a su juicio, permitió construir un Festival de Cine «con un prestigio reconocido en los circuitos de certámenes cinematográficos».

Cienfuegos puso ayer el acento en proyectos cinematográficos que desde Gijón «resultaron finalmente tan estimulantes como valiosos», y recordó, en este sentido, iniciativas como los Nuevos Cines, «emprendida con nuestros cómplices de las distintas filmotecas españolas», y el Universo Media, «modelo y espejo de curso de Extensión en el que se fijaron universidades de toda España». Y destacó sobremanera la sección Enfants Terribles, «donde gracias a la implicación de buena parte de la comunidad educativa asturiana abrimos los ojos a decenas de miles de jóvenes que de pronto descubrieron que había otros tipos de cine».

El ex director del festival reconoce haber contribuido «humildemente» a «foguear» desde Gijón a la crítica especializada del país, «ya que siempre hemos estado dispuestos a asumir el pequeño riesgo de acoger los inicios de críticos jóvenes recién salidos de la Universidad o periodistas de publicaciones independientes o minoritarias, que posteriormente se han revelado como grandes críticos de las revistas de cine». Algunos de los cuales apoyaron ayer desde las redes sociales la labor emprendida por Cienfuegos y su equipo, a quien el destituido agradeció su entrega. «Todos juntos», señaló, «construimos un festival ambicioso desde el punto de vista artístico, pero alejado de imposturas y solemnidades, siempre cercano y abierto».

Por otra parte, en torno a un centenar y medio de personalidades del mundo de la cultura asturiana suscribieron ayer un manifiesto en apoyo de José Luis Cienfuegos. El documento señala su «desacuerdo» tanto con la destitución del director del festival «como con el modo en que se ha llevado a cabo, por entender que ni existen razones objetivas que justifiquen el cese ni las formas empleadas para su consumación fueron las apropiadas». A juicio de los firmantes del documento, Cienfuegos y su equipo convirtieron Gijón y Asturias «en referente de un modo de entender el cine y la cultura que no sólo no ha perdido vigencia sino que se mantiene hoy más vivo que nunca».