Oviedo, P. RUBIERA

El equipo de Sanidad del Gobierno asturiano, liderado por José María Navia-Osorio, presentó ayer en la Junta un presupuesto para 2012 que la oposición coincidió en calificar de «continuista», en el que destaca la deuda de 303 millones de euros que la sanidad pública asturiana arrastra desde el ejercicio de 2010. Los 1.649 millones de euros de este año (el 6,7% más que el anterior ejercicio), de aprobarse el proyecto, no resolverán la situación. No será posible, como apuntó la diputada de IU, Noemí Martín, «poner el contador a cero», como era el deseo del Consejero. La deuda continuará deslizándose.

«Éste es un problema de Estado que afecta a todas las comunidades autónomas y, lógicamente, habrá que buscar una solución de Estado», apuntó Navia-Osorio.

Según explicó Juan Azcona, gerente del Servicio de Salud del Principado de Asturias, al cierre del ejercicio de 2010 la deuda deslizada o «facturas en el cajón», como prefiere denominarla Navia-Osorio, ascendía a 262 millones de euros y en 2011, en este mismo apartado, se incluyeron 41,5 millones. En total 303,5 millones, de ellos alrededor de 9 generados en los últimos cuatro meses de gobierno de Foro Asturias, ya que el actual Ejecutivo declaró al inicio de su mandato una deuda sanitaria de 294 millones.

La gestión realizada por el actual equipo sanitario ha logrado reducir lo que se debe de 2010 en 45 millones, que, según dijo Azcona, se abonarán en los dos primeros meses del actual ejercicio. Quedan pendientes 258 millones de euros de 2011. Azcona añadió que pagarán el cien por cien de lo que deben a los pequeños acreedores en el primer cuatrimestre de este ejercicio.

En este apartado, el peligro está en los grandes proveedores, muchos de los cuales están solicitando intereses apoyándose en la ley de morosidad. Juan Azcona anunció que la Consejería de Sanidad trabaja en un plan de financiación para pactar el pago de estos intereses. En 2011 se han abonado, por este concepto, 3,2 millones, hay 3,8 reclamados y la Consejería estima que pueden ser solicitados otros 1,2. En total, 5 millones pendientes.

Contra lo que cabía esperar, el nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) no formó parte del debate parlamentario. Los presupuestos destinan a este apartado 21,5 millones, y al Álvarez-Buylla de Mieres, 6,5. El presupuesto del Servicio Público de Salud del Principado de Asturias (Sespa) es de 1.573 millones. Juan Azcona apuntó un dato interesante sobre la receta médica. La entrada en vigor de la prescripción por principio activo en noviembre supuso un ahorro de 6 millones de euros en dos meses.

Sí lo hizo, en cambio, la Fundación para la Investigación Biomédica, un ente jurídico que el anterior Gobierno socialista intentó poner en marcha pero dejó sin rematar. José Antonio Álvarez Riesgo, director de Innovación Sanitaria, explicó, primero al diputado popular Carlos Galcerán y más tarde a la portavoz socialista Pilar Alonso, que «es imposible generar una fundación para gestionar algo que no existe».

Y añadió: «Un proyecto estratégico de investigación exige definir objetivos, áreas estratégicas, recursos humanos, establecer un marco jurídico y, lo más importante, financiación. Estamos elaborando un proyecto de investigación, pero según nuestros cálculos no bajará de 30 millones de euros».

El presupuesto consignado por el anterior Gobierno era de 200.000 euros y había otros 300.000 de la Universidad, Cajastur y empresarios, según informó la diputada de Foro Cristina Coto.

Noemí Martín reconoció el esfuerzo del equipo de Sanidad «para ajustarse al gasto real» y confesó asistir al debate con «cierto escepticismo». «Primero se nos dijo que no habría presupuestos, que habría prórroga; más tarde se presenta éste; el próximo día 24 comparecerá el presidente Cascos para hablar de los recortes de Rajoy y al día siguiente debatiremos en esta cámara las enmiendas presupuestarias. Dicho esto, este presupuesto debería ser de 1.900 millones de euros y no lo es. No podemos echar las campanas al vuelo».

«De aparente en la forma y decepcionante en el fondo» calificó Carlos Galcerán el capítulo de gastos, y refiriéndose a las cuentas generales, citó «olvidos imperdonables», entre ellos la atención primaria, la salud mental, los cuidados paliativos, la prevención y las subvenciones a diferentes asociaciones, también citadas por Noemí Martín. Reprochó al equipo de sanidad su triunfalismo al presentar unas listas de espera que, dijo, tienen a 96.000 personas entre consultas, pruebas diagnósticas e intervenciones.

«En su presupuesto sigue habiendo deuda y gasto desplazado», subrayó la socialista Pilar Alonso, que acusó a Navia-Osorio de retrasar «intencionadamente todos los proyectos del anterior Ejecutivo del PSOE para borrar sus huellas, queriendo dar a entender que empiezan de nuevo».