Oviedo, E. G.

Víctor Puertodán se pasó 25 años estudiando la obra del poeta Alfonso Camín sin pisar Asturias. Cuando lo hizo, ya con un inmenso bagaje de conocimiento en torno al autor de «Carey», se enamoró de esta tierra «como Camín se enamoró de Cuba». Víctor Puertodán es cubano, discípulo de Jesús Orta, uno de los grandes juglares de la isla (finalista del premio «Príncipe de Asturias» en 2004, edición en que ganó Monterroso), e hijo de Francisco Puerto, quien compartió con Camín un amigo del alma, el poeta Arturo Doreste.

Víctor vive desde hace años en Valencia, adonde llegó en 1998 invitado por la Universidad y ciudad en la que dirige talleres literarios. Tiene en el «poeta de Asturias» su gran pasión. Se ha planteado rescatarlo de ese olvido relativo en el que la figura de Camín cayó a raíz de su muerte, de la que este año se cumplen tres décadas.

Puertodán preside la Asociación Literaria Alfonso Camín y estos días visita Asturias para presentar a la Administración algunas de las iniciativas para este año de aniversario redondo (Camín murió en diciembre de 1982). El escritor gijonés, todo un personaje, fue el gran precursor de la poesía afrocubana, «aunque hoy en día en Cuba está completamente olvidado; diría más, está prohibido. Y con él la inmensa mayoría de aquella generación de asturianos», base espiritual y material de la Cuba contemporánea.

El padre de Víctor le leía a Camín cuando era un niño, y quizá de ahí le brotó la capacidad para memorizar y recitar obra del poeta asturiano. La fascinación por Alfonso Camín se ha convertido en un estudio de mil quinientas páginas donde se analizan 320 poemas. Pero es que Camín publicó 5.200 poesías, y entre el material inédito casi se contabilizan otras mil.

Un escritor prolífico que publicó 83 libros en vida (53 de poemas) y que tocó todos los palos, novela, ensayo, teatro, cuentos. «Es una obra singular por su cantidad, pero también por su temática». Poemas de infancia («realizados con maestría»), romancero a la guerra, poesía satírica, poesía asturiana, cubana, antillana y mexicana... «Hizo letras para canciones y hasta guiones para películas». Cantó a Asturias, su tierra querida, pero también a otras provincias como Andalucía, Madrid o el País Vasco.

«Hasta la década de los sesenta, Alfonso Camín estaba considerado como uno de los grandes poetas españoles, una de las obras más importantes en lengua española en el siglo XX», señala Víctor Puertodán, quien ha conseguido que en Valencia haya jóvenes investigadores estudiando al poeta asturiano.

¿Por qué este declive, lento y callado? Puertodán recuerda que Camín «no tenía una inclinación política a ultranza, más allá de la denuncia ante la injusticia. Su forma de ser no permitió que nadie haya podido tenerlo como bandera». Y quedar en tierra de nadie siempre es peligroso para el sostenimiento de la memoria.

El argumento de una obra irregular no aguanta. En la «gigantesca» producción poética de Camín hay cosas mejores y peores «porque ¿en qué jardín no hay alguna maleza?». Su obra requiere mayor orden temático, del que aparentemente Camín se preocupó poco, pero el nivel medio de su voluminosa obra artística es alto, Camín fue un poeta de pies a cabeza. Y sobre todo merece un estudio más profundo y una reivindicación institucional y popular, más allá de los esfuerzos que en Asturias siempre ha mantenido contra viento y marea su biógrafo, el escritor Albino Suárez.

En 1981, la Junta General del Principado promovió un gran homenaje regional a Alfonso Camín. En aquel Pleno de la Junta, presidido por Agustín Antuña, con Eugenio Carbajal como vicepresidente, se encontraba un todavía joven diputado, el actual presidente asturiano Francisco Álvarez-Cascos, a quien la Asociación Literaria Alfonso Camín le presentó en el pasado mes de septiembre un «Proyecto para revitalizar» la obra del poeta. Puertodán se reunió anteayer con el director de la Agencia de Museos y Acción Cultural, Francisco Cabriffosse, y con Agustina Álvarez, directora de la Agencia de Bibliotecas, para explicar unos planes «que responden a una deuda pendiente con el poeta y que son muy poco costosos».

Entre los proyectos presentados está la edición del macroestudio sobre su obra, de dos antologías escogidas, de un ciclo de conferencias y de una antología de la ingente producción de la revista «Norte», fundada por Camín en 1929 en Madrid, y refundada en México hasta su regreso a España en 1967. En total, unos 300 números.

Camín legó su biblioteca a Asturias en 1981, un año antes de su muerte. Junto con los libros, un importante volumen de material inédito que Puertodán calcula en unos diez mil documentos. «Llevan treinta años en la Biblioteca "Pérez de Ayala" y muy poca gente se puso a estudiarlos». Lo cierto es que hoy es difícil encontrar en una librería obras de Camín, el poeta de Asturias, hijo predilecto de una tierra con macabra tendencia al cainismo.