Investigador del Instituto de Neurociencias de Alicante

Valencia, A. GARCÍA

Apasionado del estudio del cerebro, Carlos Belmonte desarrolla su actividad como investigador en el Instituto de Neurociencias de Alicante.

-Recientemente ha titulado una conferencia «La exploración del cerebro, una aventura del futuro». ¿Considera que el cerebro es una página en blanco que aún está por escribir?

-En blanco no, porque ya hemos escrito algunas líneas. Sabemos cómo funciona, pero no los mecanismos que lo hacen funcionar. Por eso es preciso fijarse en cómo funcionan las neuronas, cómo se comunican y cómo forman los circuitos. Así como la trascendencia de las enfermedades ligadas al cerebro, que son el resultado de su mal funcionamiento.

-¿Se puede decir que la exploración del cerebro es el gran desafío científico?

-Creo que sí. Es el gran reto de la ciencia del siglo XXI. Se podría decir que su parte más relevante.

-¿Qué diferencias puede haber entre el cerebro de una persona cualquiera y el de un asesino?

-Hay muchas diferencias. Algunas de ellas son genéticas y otras se van formando a lo largo de la vida por las experiencias personales, ya que el cableado del cerebro y sus conexiones están muy influenciados por lo que vivimos en el día a día. No hay que olvidar que tenemos 100.000 millones de neuronas y cada una recibe mil conexiones de media. Hay personas criminales en las que un área de su cerebro no funciona igual que en el resto de ciudadanos, por lo que se ven «obligados» a actuar de una forma y no son libres de sus actos.

-Con un mayor conocimiento ¿se podría llegar a borrar la memoria?

-Ya se están haciendo cosas en este sentido. Se está logrando borrar selectivamente memoria de pacientes que han vivido una experiencia traumática. Se trabaja para modificar la memoria.

-¿Y quitar el dolor?

-Se puede hacer una estimulación en las zonas que se encuentran afectadas por una enfermedad. Se pueden bloquear las vías del dolor con fármacos o con estimulación.

-Pero bloquear las vías del dolor con estimulación podría suponer el hundimiento de las grandes compañías farmacéuticas.

-En este caso la estimulación se usaría sólo para enfermedades de cierta magnitud. Para un dolor de cabeza basta con que te tomes una aspirina.

-Hay quien dice que el mayor conocimiento del cerebro implica problemas éticos, como decirle a alguien que va a tener alzhéimer antes de que la enfermedad dé la cara.

-La investigación del cerebro está plagada de problemas. Hacerle a una persona sufrir por enfermedades que aún no tiene plantea un problema ético, pero también programar el cerebro para que tu hijo sea banquero o músico. La sociedad es la que debe decidir hasta dónde se debe llegar y poner el freno a cuestiones absurdas.

-¿Cómo afecta el estrés a la configuración del cerebro?

-Afecta profundamente. El estrés provoca unos cambios muy marcados en el cerebro, reforzando la memoria. Son más duraderos los recuerdos obtenidos en situaciones de estrés que de relax.