Los niños criados con afecto tienen el hipocampo, la zona del cerebro encargada de la memoria, casi un 10 por ciento más grande que el resto. La investigación, llevada a cabo por psiquiatras y neurocientíficos de la Universidad Washington de Saint Louis (EE UU), «sugiere un vínculo claro entre la crianza y el tamaño del hipocampo», destacó la profesora de Psiquiatría Infantil Joan L. Luby. El estudio fue publicado ayer por la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS). Para la investigación, los expertos analizaron imágenes cerebrales de niños entre 7 y 10 años de edad que cuando tenían apenas entre 3 y 6 años fueron observados en interacción con alguno de sus padres, casi siempre con la madre. Se analizaron escáneres cerebrales de noventa y dos de esos niños, algunos mentalmente sanos y otros con algunos síntomas de depresión. Los niños sanos y criados con afecto tenían el hipocampo casi un 10 por ciento más grande que el resto. «Tener un hipocampo casi un 10 por ciento más grande es una evidencia concreta del poderoso efecto de la crianza», subrayó Luby.