Gijón, C. JIMÉNEZ

«Hay gente que no tiene nada y que, aún así, está feliz». Pablo Suárez Rivaya, ingeniero formado en la Politécnica de Gijón, comenzó a comprender el valor de la «inserción productiva» al incorporarse como agente de desarrollo socioeconómico en el Ayuntamiento de Curitiba, en Brasil. Tras un largo recorrido profesional por varias consultoras e ingenierías de proyección internacional, optó por vincularse desde noviembre pasado a un proyecto para que personas sin recursos y educación puedan reinsertarse en el mercado productivo. Este ovetense de 32 años, especialista en Electrónica y Automática, llegó a Brasil como gerente de relaciones comerciales de Corporación Akiyama, en el municipio de Curitiba del país carioca. Allí probó, en sus propias carnes, las dificultades para emprender. Primero con una empresa de servicios de consultoría en licitaciones públicas y después en otra de cámaras de seguridad. Ninguno de los dos salió adelante, pero en el camino le surgió la oportunidad de incorporarse a un proyecto para enseñar a otras personas cómo crear su propio negocio. Se trata de ayudar a ciudadanos en situación de vulnerabilidad o riesgo social «a tener un proyecto de vida» y también a que puedan fortalecer sus vínculos con otras personas. La iniciativa se denomina «Vitrine Social» y se presenta como una escuela de emprendedores para personas con pocos recursos en Brasil.

El consejo para los que comienzan, según Suárez Rivaya, es el mismo que para cualquier emprendedor en otro punto del planeta: «Cuestionárselo todo, planear sistemáticamente, ser persistente, buscar calidad y eficiencia, cumplir los contratos de trabajo y correr riesgos», indica el ingeniero asturiano, quien explica que sus colegas brasileños le han enseñado «a desarrollar más la intuición». «Los ingenieros españoles son buenísimos, pero allí son buenos y listos», dice. El proyecto en el que ahora participa le ha enseñado también a valorar más las cosas que tiene y relacionarse de una forma distinta con su entorno. «Creces mucho como persona», concluye.