Oviedo, Javier NEIRA

La LXIV Temporada de ópera de Oviedo culmina hoy en el teatro Campoamor con la representación de «Peter Grimes», de Britten, quinto y último título del ciclo, que ha catapultado al Coro de la Ópera de Oviedo. Y es que en las tres representaciones ya vistas desde el estreno del pasado domingo -y a expensas de la de hoy- el coro ha redondeado unas actuaciones memorables, especialmente tratándose de un título muy difícil en lo vocal y en lo escénico, donde la agrupación carbayona tiene, además, un destacadísimo papel.

Buena parte del éxito se debe al director del coro, Patxi Aizpiri, nacido en San Sebastián en 1969 y formado en el conservatorio de la capital donostiarra. Es pianista, da conciertos, domina la música de cámara y acompaña a instrumentistas y cantantes. Estuvo diez años como subdirector del «Orfeón Donostiarra», hasta que le ofrecieron hacerse cargo del Coro de la Ópera de Oviedo. «Me apetecía coger un coro; éste era amateur, totalmente amateur, y hubo algún problema». Se casó en Asturias, con una asturiana, y aquí se ha asentado, aunque mantiene vínculos con su tierra, «si necesitan un pianista, me llaman, ya ocurrió el año pasado, y ahora en junio de nuevo estaré en San Sebastián».

«Cuando se planteó la idea de hacer "Peter Grimes" vi que era un gran reto», comenta Aizpiri, «fue hace algo más de un año. Me preguntaron si el coro podría afrontar el título. Somos 43 en plantilla, y en escena, para este título, 55 sumando los refuerzos. Es una obra coral con una gran importancia del coro, que es prácticamente el protagonista. Dije que seríamos capaces, que había que intentarlo. El esfuerzo ha sido muy grande. De febrero a junio preparamos este título y la temporada de ópera en su conjunto. Este año, cinco títulos. "Peter Grimes" es el que tiene más dificultades. Trabajamos día a día, en un local que tenemos en la calle Cervantes».

Como indica el director del coro, «Britten escribe "Peter Grimes" con muchas disonancias, atonalidades y cambios rítmicos continuos para los solistas y para el coro. Yo hice midis al piano de cada una de las voces, y venga a leer los textos y a oír grabaciones. En el coro hay estudiantes de música, instrumentistas que estudian en el Conservatorio de Oviedo. Otros tienen sus trabajos, y todos, sus familias. Vienen a los ensayos porque les gusta. Las edades van desde los 17 años hasta los 65 años».

Hacer «Peter Grimes» en versión concierto, con la OSPA, en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo ya sería enormemente difícil, asegura Aizpiri «pero si además hay que memorizar los textos y encima las dificultades de la escena, el trabajo resultante es muy de valorar. El coro en "Peter Grimes" está todo el tiempo en escena. En el primer acto no sale del escenario y los movimientos a realizar son complejos. David Alden, el director de escena, es muy exigente. El Coro de la Ópera de Oviedo es semiprofesional, los cantantes perciben algo de dinero, realmente poco, pero la exigencia es como la de un coro profesional».

Ofrecen conciertos por Asturias con relativa frecuencia. Acarician el proyecto de ir a Valencia a cantar en la Casa de Asturias, pero cada cual tiene sus trabajos y estudios, no viven de cantar en el coro, así que les resulta complicado desplazarse. Manejan apenas un tercio del presupuesto medio de un coro profesional, «pero con una dedicación y entrega como la de un coro profesional», apostilla Aizpiri.

Los cantantes masculinos del Coro de la Ópera de Oviedo aceptaron salir a escena con sujetadores en «La italiana en Argel», de Rossini, el pasado mes de octubre. El director de escena, Emilio Sagi, avisó a Aizpiri con tiempo para que fuese mentalizando al coro. Y es que cuando se puso esa misma producción en Chile el coro se plantó. «Aquí, no, aquí son muy profesionales», añade el director, «aunque sean solo semiprofesionales, hubo algún..., aunque finalmente se lo tomaron bien y se divirtieron».

Hoy representarán y cantarán por última vez «Peter Grimes» en el teatro Campoamor, como cierre de la temporada. «El coro es el pueblo que se rebela contra Peter Grimes; lo rechaza y discrimina como diferente de la comunidad. El coro está toda la obra en contra del pescador Peter Grimes, hasta que el final se suicida. Hay quien ve a Peter Grimes como un autorretrato, una autobiografía de Britten, que era homosexual, condición que estaba penada en aquella época. Britten es un fantástico compositor, con muchas dificultades, pero lo estructura todo con tal lógica que resulta hasta sencillo. Nuestro coro, aun cansado, está encantado. Contamos con un reparto que ya ha hecho esta producción y nos ayuda, gente muy simpática. Todos los miembros del coro son asturianos. Muchos, de Oviedo, pero también hay gente de Gijón y de otras ciudades, incluso de cerca de Llanes, así que cuando salen de ensayar a las doce de la noche tienen todavía que ir bastante lejos».

La dificultad de «Peter Grimes» ha consagrado al coro al permitirle dar un gran salto adelante.